No
sé de donde habían salido, pero el pueblo estaba infestado de
ellos. Mi marido salió para buscar ayuda y yo me quedé sola en
casa, mirando a través de la ventana. Los vi acercarse y empecé a
oír golpes en puertas y ventanas. Muerta de miedo me escondí en el
armario agazapada, esperando que mi marido regresara. La puerta se
hizo añicos, escuché pasos en la escalera y de golpe se abrió la
puerta del armario. Empecé a gritar, allí estaba mi marido, se
había convertido en uno de ellos. Yo, sería la siguiente…
Con
este micro participo en el concurso microcuentos “microterror II”
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