¡Mierda!
No esperaba que mi amiga me soltará esta bomba así tan
gratuitamente. Una no nace preparada para este tipo de preguntas.
Cierto que había pensado que igual hoy era un buen día para
contarle a Rebeca lo de mi hobbie secreto (por llamarlo de alguna
manera), pero no imaginaba que fuera de esta manera, y mucho menos
que ella iniciara la conversación así, tan en caliente. No puedo
abrir la boca y soltarlo a bocajarro, pero está claro que ella algo
sabe del tema. Pero, ¿qué sabe exactamente? Es imposible que
alguien le haya dicho que yo soy miembro del club ¿o no? Como en
boca cerrada no entran moscas, pues eso es lo que haré, mantener de
momento el pico cerrado, no vaya a ser que me entre un moscardón de
esos y me deje la tráquea obstruida y, esperar a que ella me diga a
que viene ésto. Su mirada interrogante me pone nerviosa. Joder ni
que fuera mi madre a punto de echarme un rapapolvo. Creo que debería
de decir algo, pero ¿el qué?
— Aquí
Rebeca llamando a Olivia...—me dice al ver que no digo ni mu.
— Perdona,
estaba distraída pensando en Daniel—menuda fula— ¿qué decías?
— Te
preguntaba qué sabías del “Lust”…
— ¿El
“Lust”?
— Si.
Por la cara que has puesto, ya veo que no tienes ni idea ¿verdad?
Bueno, pues deja que te cuente.
— Rebeca,
sé lo que es…
— ¿Lo
sabes?—Asiento— ¿Estás segura?—Pregunta extrañada.
— Completamente.
¿Por qué me preguntas por un club de sexo Rebeca?
— Verás,
desde que Paul pasó de mi, he estado pensando mucho y, estoy harta
de andar buscando una relación seria con tíos que está claro que
no merecen la pena, y como siempre me salen rana, pues he decidido
que a lo mejor, lo que debería de hacer es suscribirme a ese club y
simplemente disfrutar un poco sin ningún tipo de ataduras, sin
comerme la cabeza ¿me entiendes?
— Ajá…—Ella
sigue hablando sin darse cuenta de que la expresiones de mi cara
pasan por varios estados, incredulidad, sorpresa, miedo…
— La
verdad es que todavía no lo tengo muy claro. Los miembros del club,
pueden de vez en cuando invitar a personas para que lo conozcan
y...—¡Joder, lo sabe! Quiere que le haga una invitación
personalizada— se lo he dicho a mi hermano, pero no te creas, el
muy cretino no está por la labor y me dijo que se lo pensaría. Al
final no me quedará más remedio que solicitar una suscripción por
mi cuenta.
Poco
a poco, suelto el aire retenido en mis pulmones al darme cuenta que
no sabe nada de nada que relacione a mi persona con el “Lust”. Un
momento, ¿ha dicho que se lo dijo a su hermano? ¿Su hermano?
¡Mierda!, no hay que ser muy inteligente para saber lo que eso
significa ¿verdad? Solo faltaría que su hermano y yo nos
conociéramos y… No que va, hay demasiada gente, no conozco a todo
el mundo que va a las reuniones, solo a unos pocos. Sería demasiada
casualidad, así que descarto ese pensamiento. Pero es que la
curiosidad me mata y ahora necesito saber quien es su hermano, ¿sería
sospechoso que le preguntara por él? «Piensa Olivia—me digo».
Que narices, se lo pregunto directamente y listo, que tontería a
estas alturas andarse con rodeos, además de esta noche no pasa que
Rebeca se entere si o si de lo mío así que…
— ¿Tu
hermano es miembro del club?
— Si.
Él y su mujer lo son prácticamente desde su inauguración ¿por
qué?
— Simple
curiosidad—respondo— ¿Y qué te ha contado él de ese sitio?
— No
mucho la verdad, no le entusiasma demasiado hablar conmigo de ese
tema. Sé que la reuniones se celebran en ciudades distintas, que los
nombres de los miembros son de películas Disney, y que leches,
también sé que se lo pasa de puta madre. No entiendo porque se pone
en plan hermano mayor y se muestra tan reticente a invitarme.
— Dios,
no se porque me da que va al final voy a conocer a su hermano…
— Pues
claro que conoces a mi hermano Olivia—¿Qué? ¿Acabo de pronunciar
mis pensamientos en voz alta? Pues va a ser que si.
— ¿Le
conozco?—Me alucina ver que ella no se percata de nada. No sospecha
de mis contestaciones ni de mis preguntas…
— Por
supuesto. Seguro que estás harta de verlo por la oficina.
— ¿También
trabaja en D&D?
— No
Olivia, mi hermano es el mejor amigo del señor Dempsey. Lo tienes
que conocer fijo—joder, esto cada vez se pone peor.
— ¿Amigo
de Daniel? ¿Quién es?
— Es
Oliver…
— ¿Oliver
Hamilton?
— El
mismo. ¿No tenías ni idea verdad?
— Pues
no…—Su hermano es un tío guapísimo que viene mucho por la
oficina y, que a más de una de mis compañeras tiene encandiladas y
joder, jamás hubiera imaginado que eran familia—. Oye Rebeca, ¿por
casualidad sabes el nombre que él usa en el club?
— ¡Claro!
Se puso el nombre de el protagonista de una de sus películas
favoritas...—¡Ay madre, si ahora me suelta que es Jack Sparrow me
muero!— En las reuniones se hace llamar Hércules, y su mujer
Bella.
¡Madre
del amor hermoso! ¿Qué? No podía ser el Príncipe Valiente o El
Rey León noooo, tenía que ser precisamente Hércules y Bella.
Justamente las dos personas con las que me he acostado en el club a
parte de Jack. ¡Tierra trágame! No me lo puedo creer, me he tirado
al mejor amigo de Daniel, y a su mujer también. ¿Es qué todo tiene
que pasarme a mi? ¿Puedo saber qué coño he hecho mal en esta vida
para que me pasen estas cosas? ¡¡Estoy horrorizada!!
— ¿Por
qué tienes esa cara de espanto Olivia?—Bueno, llegó la hora de la
verdad, es ahora o nunca. Respiro hondo y haciendo acopio de valor
empiezo a confesar.
— Rebeca,
hay algo que tengo que contarte. Espero que entiendas que no te lo
haya dicho primero, pero es un aspecto de mi vida que no me gusta ir
divulgando por ahí a las primeras de cambio—mi amiga me mira, he
conseguido que toda su atención se centre en mi—. Por supuesto que
conozco a tu hermano Oliver, estoy cansada de verlo con Daniel, pero
eso tu ya lo sabías. Lo que quiero que sepas, es que como miembro
del club sexual que últimamente está de moda, también conozco a
Hércules y a Bella. No por favor, no me cortes, deja que termine y
luego intentaré contestar a tus preguntas—la freno en cuanto la
veo abrir la boca, que no estoy muy segura si era para hablar o
porque se ha quedado alucinada no, lo siguiente—. Mi nombre en el
“Lust”, es Reina de Corazones, y conocí a tu hermano en mi
primera reunión, de hecho, aquel día me acosté con él—me tapo
la cara muerta de vergüenza—. En otra ocasión Hércules me
presento a Bella y, me acosté con los dos…
— ¡¡Hostia
puta Olivia!! Si me pinchan ahora mismo no sangro. Y yo pensando que
eras una mojigata y resulta que para nada eres como yo imaginaba.
¡Joder, lo que me acabas de contar es muy fuerte!
— ¿Estás
enfadada?
— ¿Y
por qué iba a estar enfadada? Créeme, entiendo perfectamente que no
me lo dijeras. No estoy alucina por eso, sino por lo de mi hermano y
mi cuñada. Joder, mira que habrá gente en esas reuniones y
precisamente te has acostado con los dos. ¡Qué fuerteeeee, el mundo
es un puto pañuelo! Cuéntamelo todo por Dios, estoy a punto de
empezar a morderme las uñas.
Ni
corta ni perezosa, y ya que estamos, pues de tirados al río, le
cuento como fue que di con el club cotilleando por internet. También
le cuento que por aquel entonces, hace unos tres meses, mi vida me
parecía aburrida y patética y, necesitaba algo que me hiciera
reaccionar y cambiar. Algo que me motivara a hacer cosas nuevas y,
que tras pensármelo mucho, decidí embarcarme en esta aventura que
tantas satisfacciones me ha dado en todos los sentidos, porque lo
cierto es que desde que voy a esas reuniones y soy la Reina de
Corazones, mi vida ha dado un giro de trescientos sesenta grados o
más. Todo a mi alrededor ha cambiado, empezando por mi misma. Ahora
me siento más segura como mujer. He cambiado mi forma de pensar, veo
las cosas desde otra perspectiva, y por supuesto, he pasado de ser
una mojigata como ella me llama a sentirme sexualmente hablando,
poderosa. Aunque creo que todavía me falta mucho camino por
recorrer, ya que todavía soy incapaz de dejarme llevar del todo
cuando simplemente soy Olivia Murray.
Durante
más de una hora, le relato mis vivencias en el club y, por primera
vez desde que la conozco, he conseguido dejarla muda. Hace gestos de
sorpresa y no deja de asentir con la cabeza, pero lo que se dice
abrir la boca para decir palabra, pues como que no. Creo que con mi
relato, he conseguido avivar su intención de inscribirse en el Lust,
porque si antes de comenzar a hablar la veía dubitativa, ahora, la
veo totalmente decidida a buscarse un nick, un antifaz y, ponerse el
mundo por montera.
— Olivia,
ahora que más o menos estás manteniendo una relación con Daniel,
¿qué vas a hacer con el club? ¿Vas a dejarlo? ¿Le has dicho algo
a él de este tema?—Vaya, ya me parecía a mi que tanto tiempo
callada no auguraba nada bueno, acaban de abrirse las compuertas de
su boca y miedo me da.
— No
creas que no he pensado en ello, en un principio pensé que dada mi
situación actual, lo mejor sería dejarlo, pero, que quieres que te
diga… Llevo poco tiempo con Daniel y, si te soy sincera, temo que
en cualquier momento todo se vaya al garete, así que he decidido
quedarme como estoy, al menos de momento. Y no, él no sabe nada de
ésto. Sé que tengo que decírselo, pero cada vez que pienso en
hacerlo, más temo su reacción. Y si encima ahora tengo que contarle
que me he acostado con su mejor amigo y con su mujer… pues casi me
dan ganas de echar a correr.
— Te
entiendo, estás en una situación un poco complicada la verdad.
Bueno, puedes omitir lo mi hermano, él no sabe quien eres en
realidad y por esa parte supongo que estás segura…
— Rebeca,
no puedo hacer eso. Soy de las que piensa que no se puede empezar una
relación de las serias con secretos. Prefiero ser absolutamente
sincera con Daniel a temer que tarde o temprano él lo descubra por su
cuenta ¿entiendes?
— Pues
si, también tienes razón.
Seguimos
con la conversación un rato más y a lo tonto y a lo bobo y sin
percatarnos de que las horas pasan nos dan las seis de la madrugada
sentadas en el sofá dándole a la húmeda sin parar. Intento
convencer a mi amiga para que se quede a dormir, pero ella se niega,
y finalmente llama a un taxi y se va a casa. Por mi parte, ni me
molesto en acostarme, con lo que he descubierto hoy, mi cabeza está
en pleno rendimiento y no me dejará dormir, ¿qué voy a hacer
ahora? ¿Cómo voy a contarle a mi “pitufo gruñón que me he
acostado con su mejor amigo? Todo pinta mal, muy mal…