Violeta no daba crédito a lo que veían sus ojos, su ex marido
estaba ahí de pie, plantado en su puerta, pidiéndole una segunda
oportunidad…
A la vista quedaba claro que no estaba pasando por su mejor momento,
la tristeza reflejada en su rostro, las lágrimas acudiendo a sus
ojos. Entonces recordó las palabras que decía su abuelo… <<
No todos los ojos lloran al mismo tiempo >>
Dos años atrás era ella la que lloraba en silencio, la que rogaba
porque él volviera a quererla de nuevo…
Sus únicas palabras habían sido… << Me voy, ya no te quiero
>>, dejándole el corazón destrozado y mucho sufrimiento.
Se había quedado tan asombrada por sus palabras, que aunque quiso
gritarle desesperadamente, a sus labios solo acudió el silencio.
Él salió por la puerta, tranquilo, sereno, con la seguridad
absoluta de que estaba haciendo lo correcto, sin pararse a pensar el
daño que estaba haciendo.
Las palabras de su madre no habían sido un consuelo… <<
Para todos los males, hay dos remedios: El tiempo y el silencio >>
Ahora se daba cuenta de que estaba en lo cierto, porque pasado el
tiempo y presente el silencio, el amor que sentía por su marido
estaba muerto.
Cerró la puerta al pasado y con pasos lentos, abrió la ventana a un
futuro incierto...
Relato para el concurso #Fraseletreando