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lunes, 9 de noviembre de 2015

R.D.C. ANIVERSARIO DEL CLUB PARTE II

 
 
 
 
 
 
Me giro lentamente y, entonces le veo. Está en la puerta de entrada, con su imponente esmoquin y su antifaz negro. Nuestras miradas se encuentran y, lo siento. Un escalofrío recorre mi columna vertebral. ¡Dios santo, es verlo y desearlo, no puedo evitarlo! Sabía que si él estaba aquí, me olvidaría hasta de mi propio nombre. Es el efecto que ese hombre causa en mi. Es tan misterioso, enigmático y, tan seguro de si mismo, que no puedo hacer otra cosa que no sea admirarle y babear. Si, babear por dentro y por fuera. Es increíble, pero su sola presencia me excita de una manera escandalosa. Suerte, que de momento soy solamente yo quien se escandaliza. Hércules a mi lado carraspea divertido.
 
Ese Jack Sparrow, te tiene hipnotizada —susurra en mi oído—. Ni se te ocurra volver a querer convencerme de que no es para tanto. Los dos giráis en otra órbita cuando estáis en la misma habitación, es evidente.
 
Tienes razón, pero estás equivocado en algo. No era a ti a quien quería convencer de que no era para tanto, intentaba convencerme a mi misma, porque lo cierto es que me acojona lo que este hombre me hace sentir con solo mirarme.
 
Te entiendo. Hace meses que conozco a Jack y, puedo asegurarte, que es la primera vez que lo veo tan interesado en alguien. Estos meses, iba y venía de vez en cuando, pero desde que te conoce a ti, no se pierde una reunión. Le gustas y, mucho. ¿No vas a acercarte a saludarlo?
 
¿Estás de coña? Ahora mismo, no podría dar un paso aunque quisiera, me tiemblan hasta las uñas de los pies. —Hércules suelta una sonora carcajada ante mi respuesta.
 
Bueno, entonces, si no te importa, me quedaré para hacerte compañía. Me encantaría ser testigo de ver cual de los dos, da el primer paso. Lo siento, no me mires así—dice tras ver la mirada asesina que le lanzo—, no puedes negar que esta situación es muy divertida. Además, seguro que prefieres estar acompañada mientras esperas, o ¿prefieres que te deje sola?—Lo pienso durante unos segundos y, él tiene razón, no quiero quedarme sola.
 
¡Ni se te ocurra dejarme sola! —Asiente y, depositando nuestras copas en una mesa redonda y alta, situada a nuestro lado, me coge de la mano y, me lleva al centro de la pista de baile.
 
Vamos a jugar un rato —me dice.
 
¿A jugar?
 
Si, quiero comprobar hasta que punto le gustas…
 
¿Pero cómo?
 
De momento, vamos a bailar. Tú sólo déjate llevar...
 
Nos movemos entre las demás parejas que hay en la pista, “Bitter Sweet Symphony” de ( The Verve ), marca el compás. No tenía ni idea que fuera capaz de mover los pies sin tropezarme, sin duda alguna, estoy siendo guiada por un experto bailarín. No es que este tipo de música necesite de pasos laboriosos, pero con lo patosa que yo soy, hasta moverme de derecha a izquierda al ritmo de la música, me resulta complicado. Me divierte bailar con Hércules, es un buen tipo y, muy simpático. Cada dos por tres, me hace reír con sus comentarios, haciendo que muchas de las personas que están cerca de nosotros, nos miren. Después de esa canción, suena otra, y otra y, sin para de reírnos, seguimos bailando. Hago contacto visual cada dos por tres con Jack Sparrow. Ahora está junto a la mesa que Hércules y yo ocupábamos antes y, donde nos esperan nuestras consumiciones. Sólo pensar que, tendré que ser yo quien me acerque a él, ya me pone nerviosa.
 
Te has quedado muy pensativa, ¿qué estás cavilando?
 
Es una tontería…
 
Adelante, dime de que se trata.
 
Jack, está justo donde antes estábamos nosotros y, no quiero ser yo quien tenga que acercarse a él…
 
Ya veo, pero no creo que tengas la necesidad de hacerlo —me dice con una sonrisa burlona. Acerca sus labios a mi oído y murmura—. Jack Sparrow está detrás de ti. Apuesto a que en cuanto termine la canción, será él quien te saque a bailar.
 
Dicho y hecho, en cuanto los acordes de la canción dan sus últimos coletazos, Jack, se pone a mi lado y, sin mediar palabra, le hace un gesto a Hércules para que se vaya. Éste sonriendo, me guiña un ojo y antes de alejarse de mi, vuelve a susurrarme en el oído.

Todo tuyo Reina… —Me da un beso en la mejilla y nos deja solos en la pista.
 
Jack, me mira intensamente, coloca una mano en mi cintura y, con la otra acaricia mi hombro desnudo. Si, ya me tiene a su merced y, soy consciente que ésto, no ha hecho más que empezar. La voz de “Bon Jovi” entonando “Always”, me devuelve al ahora, porque si, tengo que confesar que mi mente, ya estaba perdida en alguna otra parte de este enorme piso gimiendo de placer.
 
Nos movemos lentamente, sin pronunciar palabra. Su mano, sube y baja por mi espalda, es una caricia muy sensual, electrizante, que me pone la piel de gallina. Sus ojos, se clavan en los míos. Tiene una mirada tan penetrante, tan concentrada, que tal mente parece que quiera leerme la mente y, adueñarse de mis pensamientos.
 
Se acerca despacio, muy despacio. Inclina la cabeza y hunde su nariz en mi cuello, inhalando mi olor, para luego lamer mi piel con la punta de su lengua húmeda y, caliente. Un calambre atiza con fuerza en el centro de mi sexo, ¡le deseo! Todo a nuestro alrededor se evapora. En esa pista de baile solo estamos él y yo, nadie más. Ni siquiera soy consciente del espectáculo que probablemente estemos dando. Nuestro baile, ha pasado de ser sensual, a ser erótico. A más de uno y de una, le estará subiendo la temperatura con solo mirarnos.
 
Me pega más a él, tanto que, si no fuera por todos los volantes que lleva mis vestido, estaría notando su erección sobre mi vientre. Joder, ¿cuánto dura esta canción? Estoy deseando que termine para que me lleve a algún sitio apartado y podamos dar rienda suelta a nuestra pasión contenida por estar en público. Es tal la calentura que tengo, que el calentamiento global a mi lado se queda en unas simples ascuas. Entonces, como si Bon Jovi, se compadeciera de mi estado volcánico, deja de cantar y, Jack, antes de que salgamos de la pista en dirección a cualquier parte, me susurra…
 
Todavía no… —¿Cómo qué todavía no? ¿Qué narices quiere decir con eso?
 
Cogidos de la mano, caminamos hasta la mesa ocupado por Hércules y una despampanante morena que nos miran divertidos y, para mi sorpresa, me deja con ellos y él se va. ¿Pero a dónde coña va? ¿Por qué me deja aquí? Frustrada, miro a Hércules.
 
¿Tienes idea de a dónde ha ido? —Le pregunto.
 
No, pero estoy seguro que no tardará en volver. Ten paciencia Reina, lo bueno, siempre se hace esperar —me guiña un ojo y, cogiendo de la mano a la morena, también se van dejándome sola.
 
No entiendo nada, de verdad que no. Me ha puesto como una moto en la pista de baile para a continuación dejarme plantada. ¡Si alguien lo entiende, por favor que me lo explique! Busco un sitio donde refugiarme de las miradas indiscretas que me dedican algunas personas. Es lógico que me miren así, viendo el numerito que nos hemos marcado hace apenas unos minutos para después dejarme tirada como una colilla… Dios, ¿qué estarán pensando?
 
Salgo por una puerta lateral que da a una terraza impresionante, donde varias parejas están disfrutando de su mutua compañía a la luz de las estrellas, acariciándose y prodigándose todo tipo de carantoñas. Empezando con los preliminares de un fogoso encuentro que, más tarde, culminarán en alguna habitación. No como yo, que estoy allí con la única intención de que el aire fresco de la noche, enfríe mis hormonas y las deje a temperatura ambiente, pero viendo lo que se cuece por aquí, quizá no esté en el sitio adecuado. Así que salgo de allí y me dirijo a la puerta de salida, pero antes de que llegue al ascensor, una mano fuerte, me empuja contra la pared. Asustada levanto la mirada para ver de quien se trata. Es nada más y nada menos que mi pirata del caribe, ése que con solo tocarme, me convierte en gelatina.
 
Mi respiración se agita en cuestión de segundos, ¿qué demonios me hace este hombre para que reaccione así a él? Con mi mano en su nuca, acerco su cara a mi cara y, cuando estoy a escasos milímetros de su boca murmuro con descaro…
 
Si vas a empezar algo, será mejor que lo termines, o de lo contrario, tendré que buscar a otro que lo haga por ti. ¡Tú decides!
 
 
Su respuesta no se hace esperar. Su boca, busca la mía con desesperación, con ansia. Mi inquieta lengua, sale al encuentro de la suya y se enroscan. Durante unos minutos, nos devoramos mutuamente y, nos tocamos por encima de la ropa, hasta que él se detiene y, cogiéndome de la mano, me lleva por el oscuro pasillo hasta una puerta doble. La cruzamos, es un salón vacío y oscuro lleno de sofás. Sin tiempo que perder, nos deshacemos de la ropa y, una vez desnudos, volvemos a devorarnos, sin ningún tipo de barrera que se interponga entre nosotros, sintiendo el calor que emana de nuestras pieles. La tenue luz que entra por la ventana, nos da la claridad suficiente para poder vernos. Jack, se sienta en uno de los sofás y, yo me coloco a horcajadas encima suyo. Sin tiempo que perder, introduzco su miembro en mi y, empiezo a cabalgarlo, poseída por un deseo que me nubla la razón y los sentidos. Me muevo adelante, atrás y en círculos. Sus dientes juegan con mi barbilla, mi cuello, mis pezones… En este momento, soy yo la que lleva la batuta y, me gusta. Me vuelve loca. Loca de deseo, de lujuria y, me embriaga sentirlo tan dentro de mi, golpeando con fuerza, con ímpetu. Los dos buscamos lo mismo. Estamos aquí para lo mismo, ambos lo tenemos claro, por lo menos yo. Dejo de pensar y, empiezo a moverme con urgencia, noto el orgasmo ascendiendo por todo mi ser. El ruido de nuestras pieles al impactar me nubla la razón y, me dejo que ir. Jadeo y grito su nombre mientras él se hunde en mi y jadea el mío. ¡Joder, cada orgasmo con este tío es bestial! Aún con nuestras respiraciones agitadas, él me coge del pelo y, tira con fuerza hacia atrás, de tal manera que nuestras frentes están casi pegadas y, nuestros ojos a la misma altura. Entonces, con una seguridad aplastante me dice…
 
¡Jamás vuelvas a amenazarme con buscarte a otro para que sacie tu necesidad, eres mía, que no se te olvide!— Después de eso, empieza a lamerme la comisura de los labios y, empezamos de nuevo, y así hasta las cinco de la madrugada. Hora en la que nos decimos adiós en la puerta de aquel salón…
 


 
 
 
 
 



 
 
 

 
 

 
 
 



 

 
 
 

 
 
 

 
 

 
 
 
 



12 comentarios:

  1. Ayyyyyy este Jack me vuelve loca. Deseando saber su identidad, y que pasará en las vacaciones y con el señor Ogro... Todo muy misterioso, como siempre. Jejejeje.
    Un besillo.

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    1. A mi me vuelven loca los dos María!! jajajaja Pues no sé que pasará, pero algo seguro!!
      Gracias Besin :)

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  2. Joder! Qué posesivo este Pirata! Se parece a...bueno, ya no sé ni a quien se parece! Ay, Olivia,que te volverás a enamorar! Por cierto, en ningún momento les da calor la jodida máscara?? No les gustaría verse bieeeen?? Qué intrigaaa! Hasta el próximo capítulo!!!!, besitos!

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    1. jajjajaa Pues imagínate si dará calor con la temperatura que debe haber en el ambiente Hada Rac!! jajajaj
      Gracias Besin :)

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  3. Cuando la química funciona entre dos personas, funciona!! jajajaja. Menudo encuentro, Virginia, han saltado las alarmas de incendios en casa. Siempre me quedo con ganas de más, como ellos :P

    Muy bueno, espero el próximo capítulo!!

    Besitos.

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    1. jajajja pues si Julia, la química es fundamental en este caso, lógico que saltaran las alarmas, los encuentros de Olivia con cualquiera de los dos, siempre son bastante calientes!! jajajaja
      Gracias Besin :)

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  4. Uy, uy que peligrosa la última frase... eres mía...
    Tengo muchas ganas de las vacaciones, me da que algo pasará, jeje
    Con ganas de seguir leyendo, besos.

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    1. Un poco posesivo verdad Irene? Ainssss las vacaciones, seguro que conoce a alguien que la hace disfrutarlas a tope!!
      Gracias Besin :)

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  5. Me pierdo capítulos de tu fantástica novela Virginia, sin embargo cuando entro y leo alguno me dejas con un buen recuerdo y una sonrisa.

    Me gusta la manera que manejas la trama erótica de tu protagonista. Hoy ha sido una verdadera sesión insaciable jajajajaaj.
    Besos;)

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    1. Muchísimas gracias por pasarte Mila, no pasa nada si te pierdes algún capítulo, los tienes por aquí para cuando te apetezca leerlos!!
      Gracias Besin :)

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  6. Virginia yo como sigo aquí leyendo me los saboreo uno a uno sin esperar. Un abrazo

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    1. Jajajaja si María del Carmen, tu tienes más suerte que ellas, los llevas de carrerilla!! Espero que estés disfrutando!!
      Gracias Besin :)

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