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miércoles, 25 de noviembre de 2015

R.D.C. HASTA PRONTO

 
 
 
 
 
Que poco dura lo bueno ¿verdad? Acabo de decirle adiós a mi “pitufo gruñón” en el aeropuerto. Me he quedado hasta ver como el avión tomaba altura poniendo así una gran distancia entre mi amor y yo, me consuela pensar que en pocos días volveremos a estar juntos. O eso creo.
 
Este fin de semana con Daniel, ha sido increíble. Ha pasado volando, pero lo hemos disfrutado a tope, sobre todo en la cama, en la ducha, en la playa, en fin, en cada lugar donde nos ha apetecido. Que manera de darle alegría al cuerpo Macarena ¡por Dios! Fue un no parar todo el fin de semana, será por eso que tengo el cuerpo molido. Al final, hoy conseguí lo que me propuse, salir de la cama para lo estrictamente necesario, osea, ir al baño y poco más.
 
Hemos estado tan bien, y tan a gusto que todo me parece un sueño del que no quiero despertar ni de coña. Tengo serias dudas de como va a funcionar lo nuestro en Manhattan, en cuanto se corra el rumor que entre el jefe y yo hay algo más que una relación profesional, me veré en serios apuros, y más si Bruce anda por la oficina. Ya me ha quedado muy claro que clase de persona es, y no es para nada de mi agrado. Cada vez que pienso en lo que fue capaz de hacerle a su hermano, se me revuelven las tripas, si me lo hubiera hecho a mi, probablemente no volvería a mirarle a la cara en mi vida. Pero está claro que Daniel no piensa como yo, que en el fondo, tiene buen corazón, porque perdonar algo así, es digno de alabar.
 
Aunque estoy triste por la marcha de mi amor, estoy feliz, por primera vez en mucho, mucho tiempo, me siento realmente feliz, y eso me asusta, no estoy acostumbrada a tener este sentimiento perpetuo en mi. Si, lo sé, debo dejar de ser tan pesimista, pero es algo que no puedo evitar, ya me conocéis, me resulta difícil por no decir imposible dejarme llevar y simplemente disfrutar. Demasiadas cosas han pasado en mi vida como para ser consciente de que no todo dura eternamente, y más en mi relación con Daniel. Por más que lo intento, no dejo de darle vueltas a lo mismo, él es mi jefe y yo, una simple empleada, y ya conocéis cual es una de las clausulas de mi contrato laboral. Nada de relaciones personales dentro del mismo departamento y, digo yo que mucho menos con el jefe. Si es que me estoy metiendo en un embolao que acojona bastante joer. En fin, cambiemos el chip y que sea lo que Dios quiera.
 
Ahora voy camino del hotel donde he quedado con las chicas para ir a cenar y después pasarnos por una de esas fiestas flower power que hacen en la playa. Me vendrá bien para desconectar y estoy segurísima de que nos lo pasaremos genial, las risas con sheila están aseguradas, es tremenda. En cuanto enfoco la entrada del hotel las veo junto a unas palmeras descojonadas de risa, ¿qué leches les habrá pasado ahora? Tratándose de ellas, cualquier cosa. Mira que a mi me pasan cosas raras, pero a ellas… mejor ni pensarlo. Me bajo del taxi y las muy zopencas en cuanto me ven hacen una ola a modo de saludo. Ya está, con solo ese gesto han conseguido que me olvide de mis pésimos pensamientos y, me centre en divertirme, que solo me quedan tres días de vacaciones. Tendré tiempo de comerme la cabeza desde el primer momento que me suba al avión, así que ¿para que desperdiciar ahora el tiempo?
 
Cogidas del brazo, caminamos por el paseo marítimo. De vez en cuando nos paramos delante de algún yate de esos que hay atracados allí y que llaman la atención para hacernos fotos que seguramente para mi horror, las veré publicadas en facebook. Porque somos así de guays, todo absolutamente todo lo colgamos en la red, es la moda y, nosotras siempre vamos a la última.
 
Estamos sentadas en la terraza de uno de esos chiringuitos de playa para cenar, cuando vemos aparecer a los gallegos que al vernos, no dudan en unirse a nosotras. ¡Ahora si que la liamos parda!
 
Durante la cena, no paramos de reír. Adán tiene una chispa que talmente parece que se haya tragado un mechero, me alegra tanto verlo así… Hace unos días estaba melancólico y triste, no era para menos después de lo sucedido, y en cambio ahora no hay quien le pare. Prefiero mil veces verlo así que no de la otra manera, aunque el muy capullo está haciéndome llorar de la risa. Entre él y sheila, van a terminar con nosotros haciendo la croqueta por el suelo. ¡Vaya par!
 
Cuando llegamos a la playa, la fiesta ya está en pleno apogeo y, no tardamos ni cinco minutos en unirnos a toda esa gente que parece estar pasándolo pipa. Empieza a rular la bebida, yo opto por tomar una cerveza, ya sabéis que mi tolerancia al alcohol es nula y, prefiero tomármelo con calma, no vaya a ser que al final de la noche acabe sorprendiéndoles a todos con una pirotecnia de vomito de esas que yo me gasto. Si, vale, sé que solo me sucedió una vez, pero más vale prevenir que luego lamentar que me conozco.
 
Poco tiempo después de llegar a la fiesta, Bego y Vane desaparecen con un par de chicos, rubios, altos y muy guapos, diría que por la apariencia que tienen son alemanes, pero no estoy muy segura. El resto del grupo estamos sentados en círculo en la arena escuchando a un grupo tocar la guitarra. Parecemos una comuna de hipies, sólo nos falta que con las bebidas rule también un porrito de marihuana y así estaríamos completos.
 
Pasadas un par de horas, la gente va desapareciendo. De mi grupo quedamos tres, y viendo el panorama no tardaré mucho en quedarme sola con gente que apenas conozco así que sin pensarlo demasiado que no hace falta, me despido y me voy al hotel dando un pasea por la playa. Echo de menos a mi “pitufo gruñón”, no es que no me haya acordado de él durante la fiesta, claro que lo he hecho. Lo que pasa que tampoco quería ser una pesada hablando siempre de lo mismo. Aunque en algunos momentos de la noche mi tema de conversación hubiera sido más interesante y sobretodo morboso.
 
Antes de acostarme me doy una ducha. No me gusta meterme entre las sábanas después de haber estado en la playa, seguro que tengo arena hasta en la rabadilla del culo, y eso que en todo momento he estado vestida que si no… fijo que hasta tendría algún alga por ahí pegada. Que conste que no es la primera vez que me pasa. Una vez en la cama, cojo el móvil para volver a ver las fotografías que le he hecho a Daniel estos días. Dios, no me cansaré nunca de decir lo increíblemente guapo que es mi chico, una se queda ida mirándolo. Lo sé, es el efecto de cupido, que me trastorna los sentidos y, lo que no son los sentidos también. Me trastorna por completo.
 
No tengo ni idea de en que momento exactamente me he quedado dormida, pero lo he hecho. Y he dormido tan profundamente que ni me cuenta me he dado de la llamada de Daniel. Mierda, seguro que en cuanto llegó a Manhattan fue lo primero que hizo, y yo durmiendo como un lirón. Miro el reloj, apenas son las once de la mañana, lo que quiere decir que allí son las cinco, una hora malísima para hacer una llamada. No me queda otra que esperar a esta tarde para volver a escuchar su voz. Se me va a hacer eterno.
 
Como estoy sola porque el grupo estará durmiendo la mona, es lo que tiene pillarse esos pedales descomunales, me apunto para hacer una excursión en barco. No es una barco grande. Vamos en el seis personas más el guía turístico que nos va explicando las distintas zonas por las que vamos pasando, así como las diferentes clases de peces que van emergiendo de vez en cuando del mar. Nos lleva hasta una cala privada de arena blanca y aguas cristalinas. Joder, esto es el paraíso, tendría que haber hecho esta excursión con mi amor, aunque pensándolo bien, eso nos hubiera restado tiempo de hacer otras cosas que también nos llevan al paraíso y de las que sin ninguna duda disfruto mucho más.
 
A pesar de que un principio creí que el día se me haría eterno no ha sido así, y cuando quiero darme cuenta, estoy de vuelta en el hotel a punto de meterme en la ducha para quitarme los restos de arena y de salitre. En cuanto acabo en el baño y me pongo cómoda, llamo a Daniel. Tengo un mensaje suyo de esta mañana en el que me dice que me echa de menos y al que no he podido contestar por falta de cobertura, así que estoy ansiosa por hablar con él.
 
Hola nene—digo en cuanto descuelga el teléfono.
 
Hola preciosa. Que ganas tenía de escuchar tu voz…
 
Pues ya somos dos. Ayer cuando telefoneaste estaba dormida como una marmota y no me enteré. Lo siento.
 
No pasa nada nena, más que nada te llamé para decirte que había llegado y que estaba bien. Imaginé que todavía estarías de farra con esas locas de amigas que te has echado—se ríe, y ese sonido me produce cosquilleo interior.
 
Pues no, me vine al hotel a eso de las dos y media y me puse a mirar fotografías tuyas en el móvil. Me quedé dormida sin darme cuenta, es que últimamente estoy bastante cansada...—digo picardía.
 
Deben de ser los aires de la isla porque a mi me pasa lo mismo. He dormido prácticamente todo el viaje, y está mañana me ha costado mucho levantarme de la cama, y yo soy de los que se pone en pie en cuanto suena la alarma del despertador…
 
Si claro, los aires de la isla… Anda que…
 
¿Me echas de menos nena?
 
No lo sabes tu bien, pero ya queda un día menos para vernos…
 
¿A qué hora llegas el jueves?
 
A media tarde ¿por qué?
 
Quiero ir a buscarte al aeropuerto, pero no sé si podré. Ese día tengo un par de reuniones importantes después de comer y, ya sabes como va eso, pueden terminar enseguida o, se pueden alargar…
 
No te preocupes, en el caso de que no pudieras ir a buscarme, estaré esperándote impaciente en mi apartamento.
 
Cuenta con ello…
 
Hablamos durante media hora más y cuando colgamos, no soy capaz de dejar de sonreír como una boba. ¡Ay cupido de mi alma, que bien te ha salido esta vez! Cojo el teléfono para llamar al servicio de habitaciones y que me sirvan algo de cenar aquí mismo cuando me llega un mensaje de las chicas.
 
MENSAJE
 
«Estamos en el bar del hotel esperando por ti. ¡No tardes!»



 
 

 














 
 




4 comentarios:

  1. Ayyyy ue larga se me hace la espera para volver a ver a nuestro Daniel.
    Me encanta, no me dejas bajarme de la nube de romanticismo.
    Un besillo.

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    1. jajajja Me encanta que te encante María!! yo no digo nada pero ya sabes que de vacaciones todo es más bonito ¿verdad? jijii
      Gracias Besin :)

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Se nota que el capitulo este nos deja relajar un poco , hay menos comentarios y todo, pero bueno ahora si que me voy a la cama. Besitos

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