lunes, 23 de noviembre de 2015

R.D.C LO PROMETIDO ES DEUDA

 
 
 
 
 
 
¡Madre del amor hermoso qué manera más minuciosa tiene este hombre de llevar a cabo sus promesas! Estamos a punto de irnos a cenar y, aún estoy recreándome en el momento siesta, ¡qué momentazo por favor…! Que modo tan delicado de hacerme el amor, de entregarse, de adorarme, de hacerme sentir la mujer más importante del universo con su cuerpo, con sus caricias, sus besos y, por supuesto sus palabras. Por si en mi cabeza de chorlito quedaba alguna duda de mis sentimientos hacia él, después de lo de esta tarde y, de todo lo que hemos compartido en el escaso tiempo que lleva aquí, lo tengo absolutamente claro. Estoy loca y perdidamente enamorada de Daniel Dempsey, y ahora que salga el sol por donde quiera que ya me encargaré yo de comprarme unas buenas gafas de sol.
 
Lo primero que hizo en cuanto llegamos de la playa, fue prepararme uno de esos baños que tanto me gustan y, me relajan. Que conste que al principio protesté un poco porque no quería perder el tiempo en chorradas y preliminares, yo quería ir directamente al meollo de la cuestión, al aquí te pillo aquí te mato, pero fue que no. Con sus cálidos y tiernos besos, me convenció para que me dejara mimar, recordándome sabiamente que las cosas del palacio van despacio y, que no teníamos ninguna prisa. Me sentí un poco avergonzada de hacer tan notorias mis ansias de hacerlo mío de nuevo, pero enseguida me dejé llevar y lo disfruté, ¡vaya que si lo disfruté!
 
Después del baño, vino hidratar mi cuerpo con la crema de coco, con tranquilidad, acariciando, masajeando, no hubo ni un solo rincón de mi cuerpo que no fuera explorado por sus expertas manos. Puedo decir con toda la certeza del mundo que no hay una mujer en toda la isla que esté mejor hidratada y acariciada que yo. Vale, con toda la certeza del mundo no, pero si con la mía, y esa me sobra y me basta.
 
Sus manos dieron paso a su lengua, tan cálida, tan húmeda, tan morbosa… Ay señor, lo que este hombre es capaz de hacer con la lengua me lo callo para mi, que hay mucha envidiosa suelta y, luego todo se sabe. Solo diré que pasadas unas horas de ese encuentro erótico entre mi cuerpo y su lengua, aún la noto serpenteando entre mis piernas, hasta tal punto que si no me controlo, volveré a correrme en cuestión de segundos. Pero no solo fue eso lo que me dejó marcada, ¡que va, hay más, mucho más…!
 
Cuando por fin sentí su espectacular y duro miembro adentrarse en mi, después de preparar mi cuerpo y mi mente a conciencia, fue tan intenso que creí que con la primera embestida, me correría sin remedio y, el orgasmo me dejaría fuera de juego. Pero que va, aguante como una campeona arremetida tras arremetida, alzando las caderas y yendo a su encuentro una y otra vez sin dejar de gemir y suplicar que no se parase nunca, que quería tenerlo dentro de mi eternamente.
 
Si a todo ese acto de amor y erotismo, le añadimos las frases morbosas y guarras, porque si, hubo frases muy guarras y muy subidas de tono, pues que queréis que os diga, que cuando el orgasmo golpeó mi vientre y explotó, me falto el canto de un dólar para ver las estrellas de colores a media tarde, y no, no estoy exagerando. Juro por Snoopy y si no que se muera Mafalda que todo lo que estoy contando es verdad verdadera.
 
Y ahora aquí estoy, en la terraza, disfrutando de una deliciosa copa de vino mientras mi “pitufo gruñón” termina de arreglarse para ir a cenar. Voy a llevarlo al restaurante italiano tan romántico que descubrí el otro día. Sé que prometí que no volvería a entrar en aquel lugar nunca más, pero ahora las circunstancias son distintas, y no quiero que Daniel se vaya sin haber conocido ese rincón de Ibiza y, sin haber disfrutado de sus maravillosas vistas. Más tarde hemos quedado con el grupo para tomar unas copas e ir a bailar a una discoteca de mucho renombre que hoy da una fiesta típica ibicenca, a la que por cierto, todos tenemos que ir vestidos de blanco.
 
Quince minutos después, los dos caminamos cogidos de la mano por el paseo marítimo. Yo con una sonrisa bobalicona dibujada en mi rostro y él, alzando nuestras manos entrelazadas de tanto en tanto para depositar en ellas dulces besos que me llenan de amor.
 
Si tuviese más tiempo—dice parándose frente a un hermoso yate que está anclado en el puerto—alquilaría uno de estos para llevarte mar adentro para no compartirte con nadie y tenerte solo para mi.
 
Suena muy bien, pero va a ser que no, mañana te vas...—contesto triste— ¿No puedes quedarte un par de días más?
 
No, Bruce tiene que volver a San Francisco para seguir tratando de solucionar lo del gerente, jamás pensé que fuera tan complicado conseguir a una persona que estuviera capacitada para llevar la delegación. Me está costando horrores dar con la persona adecuada.
 
¿Te quedarás en Manhattan?
 
Si, al menos hasta que tu vuelvas. Después seré yo el que tenga que ir a San Francisco, mi hermano tiene compromisos importantes que no puede eludir…
 
Oh vaya… ¿Osea que cuando yo llegue tu te irás?
 
No inmediatamente, podré estar contigo un par de días. Con un poco de suerte, quizá Bruce contrate a alguien y entonces no será necesario que yo me vaya.

Eso sería fantástico, no me gustaría dejar de verte ahora que hemos avanzado en lo nuestro.
 
No me verás los días de semana nena, pero te prometo que de viernes a domingo, seré todo tuyo—su mirada pícara me hace sonreír— y compensaré con creces las noches que tengas que dormir sola por mi culpa—se para y, me da un beso en los labios—. Te lo prometo.
 
Casi sin darnos cuenta, llegamos al restaurante. Me siento triste porque en unas horas tendré que separarme de él ya que vuelve a Manhattan y, pienso que tal vez no haya sido buena idea quedar con el grupo, pero bueno, ahora ya está hecho y, siempre podremos hacer acto de presencia, tomarnos algo y desaparecer para refugiarnos en su habitación o en la mía y amarnos intensamente. Si, soy adicta a Daniel Dempsey y si, estoy acojonada no, lo siguiente.
 
Mientras degustamos un menú de esos para compartir, hablamos de muchas cosas. Entre ellas, Daniel me cuenta un poco su vida, e incluso que fue lo qué le llevo a cancelar sus boda con la modelo aquella de Victoria Secret. Por lo visto, ella no solo estaba interesada en él, también lo estaba de su hermano Bruce y, una noche, los pilló a ambos en una actitud bastante comprometida, lo que provocó la ruptura de la pareja y que dejara de hablarse con su hermano durante un tiempo. ¡Qué fuerteeee! No me esperaba para nada el comportamiento de Bruce con su hermano, ¡menudo cabrón! Si antes sin tener ni idea de la historia el tío ya me caía mal, ahora sabiendo esto, buff, me lo cargaría a ojos cerrados por haberle hecho tanto daño a mi “pitufo gruñón”. Y lo que me alucina, es que Daniel, con el tiempo haya sido capaz de perdonarlo, si es que es un cacho de pan el pobre.
 
Dejamos de hablar de un tema escabroso, para pasar a otro, el de mi vida. Le cuento, que no tengo familia, que mis padres murieron en un accidente de tráfico y que me crié en una casa de acogida de la que me largué en cuanto cumplí la mayoría de edad. Que me costeé mis estudios a base de trabajar en distintas cosas y que gracia a Dios y a mi esfuerzo, todo me salió rodado. Él, que no tenía ni idea de mi vida, se queda un poco perplejo al escuchar mi historia, y como no me gusta que la gente sienta lástima de mi, le quito hierro al asunto asegurando que a pesar de todo, he sido y, soy una mujer feliz.
 
Confesiones a parte y ya terminada la cena, nos dirigimos a la discoteca donde nos esperan los demás. Todos juntos entramos en el local, que por cierto está hasta la bandera de gente, no sé como coño vamos a arreglarnos para bailar o charlar si allí dentro no cabe un alfiler, menos mal que tengo en mente hacer un mutis por el foro en toda regla en la mínima ocasión. Siempre podremos alegar que con tanta gente, perdimos de vista al grupo y decidimos marcharnos. Será una mentirijilla piadosa que confesaré a las chicas otro día y que seguro entienden. ¡Joder, si hasta resulta imposible alzar la copa para darle un trago sin que te den un empujón! No es por nada, pero a mi los lugares como este, me agobian un montón, así que en la primera oportunidad que tengo, cojo a Daniel de la mano y nos saco de allí cagando leches.
 
Una vez en el hotel, los dos estallamos en carcajadas al recordar el momento huida, menudo par estamos hechos, creo que se ha juntado el hambre con la gana de comer y, me gusta. Siempre tuve a mi jefe por una persona demasiado seria, por no decir otras cosas, que ahora que es mi chico no quiero ponerlo verde, pero bueno, ya sabéis que que siempre creí que era un tonto a la tres, y ahora que nos vamos conociendo, me alegra darme cuenta de lo equivocada que estaba respecto a él. Si, creo que al final, hasta vamos a hacer buena pareja y todo.
 
Estamos en mi habitación, sobre la cama, relajados después de haber echado uno de esos polvos increíbles que tanto me gustan. Ni preliminares ni hostias en vinagre, un polvo salvaje en el que literalmente nos hemos arrancado la ropa y nos hemos follado mutuamente como locos, para después caer rendidos y exhaustos sobre la cama, es que hacerlo a un ritmo tan desenfrenado es lo que tiene, que te deja para el arrastre, ¡pero qué bien sienta leches! Es la mejor manera que conozco para quitarte de encima el estrés, ni yoga, ni meditación ni nada por el estilo, al menos para mi.
 
Daniel, nos cubre a ambos con la fina sábana y poco tiempo después, él se queda dormido. En cambio a mi, parece que me cuesta coger el sueño, y eso que me siento agotada por todo el trajín que lleva mi cuerpo estos días, pero es que no puedo dejar de pensar que mañana se va lejos de mi, y aunque solo serán tres días lo que estemos separados, me entristece y me siento abatida por su marcha. Su vuelo es el último que sale hacia Nueva york, lo que me deja muy poco tiempo para disfrutar de él, quizá mañana con un poco de suerte, consiga convencerlo para no poner un pie fuera de la habitación…
 
 



 

 
 

 










7 comentarios:

  1. Ayyy me dejas romántica modo on. Qué bonito, que romántico todo. Los comienzos son lo mejor, me dejas en bbia. Lo malo es que me huelo problemas cerca. Además de que no sabemos que pasará con el increíble Jack, que ahora tengo otra sospecha en mente. No creo que sea nuestro querido Daniel... pero ¿estaré equivocada?
    Ya nos contarás más. Deseando una cenita con velas, a ver si convenzo a mi propio "pitufo gruñón".
    Un besillo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te pongas romanticona María, esa es la intención. No sé que sospecharás, pero miedo me das jajjajaa
      Seguro que sabes como convencer a tu "pitufo gruñón" para esa cenita!! jiji
      Gracias Besin :)

      Eliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Esta chica se nos va a quedar en los huesos!! jajajajaa. Me alegro de que hayan podido pasar estos días juntos (aunque no hemos estado en Ibiza los lectores también nos lo hemos pasado muy bien con su historia, ji, ji).

    Ahora toca volver a la realidad y ver qué tal se desenvuelve todo. Además está el asunto del pirata y el club...

    Estupendo capítulo, Virginia, me ha encantado!!

    Un besito y buena tarde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajjajaja ya te digo Julia, tanto ejercicio va a terminar con ella. Me alegro que te lo hayas pasado bien, esa es la intención jijii.
      Ains la realidad...
      Gracias besin :)

      Eliminar
  4. Que buenas dosis de erotismo, me alegro que Olivia se haya enamorado de Daniel, aunque con tanto trajín jajajajaj, ¡se lo pasa en grande! y no me extraña que se sienta adicta, o acojonada.

    A ver que tal la marcha y regreso de su amor.
    me ha gustado mucho este capítulo Virginia.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Buen capitulo , muy relajado ehhh. Se han dado tiempo a conocerse mas en lo personal, por que íntimamente no se si han dejado algo sin descubrir. Leo el siguiente y me iré a soñar un rato

    ResponderEliminar