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miércoles, 9 de diciembre de 2015

R.D.C. BYE BYE IBIZA

 
 
 
 
 
 
Pues si, ya se han acabado mis días de vacaciones y, voy de regreso a la vida real, a la rutina, a Manhattan, donde me espera mi amor. Que ganas tengo de verlo, de abrazarlo, de besarlo. ¡Qué ganas tengo de él por Dios! Tengo mono de él, es mi droga, mi adicción, mi todo.
 
No dejo de pensar que mi relación con Daniel es una puta locura, pero que narices, el que no arriesga no gana. Me he tirado de cabeza a la piscina sin apenas saber nadar, sin flotador, sin nada que me proteja en el caso de que quede sumergida en el agua, pero me da igual. Dije que lo intentaría y lo estoy haciendo y, cuando tomo una decisión suelo hacerlo con todas las consecuencias. No soy para nada impulsiva, de hecho suelo pensarme muy mucho las cosas antes de tomar una decisión, pero en esta ocasión a pesar de todas mis reticencias, me he lanzado porque así lo deseo, porque estoy harta de perderme la vida y no disfrutarla, y la vida está para vivirla, no para cuestionarla.
 
El fin de semana que pasamos juntos en la isla, no se me va a olvidar mientras viva. Atesoro los momentos vividos con él en un lugar preferente de mi mente y de mi corazón y, ahí se quedarán hasta el fin de mis días. Estas vacaciones, siempre serán especiales para mi por dos razones. Primera, he dejado atrás mis prejuicios y he empezado una historia con mi jefe, ¿a donde nos llevará? No tengo ni la más remota idea, lo que si tengo claro es que no me arrepiento de haberle abierto mi corazón y, haber sido sincera con él respecto a mis sentimientos, y por supuesto, de haberme dejado llevar. Segunda, he conocido a grupo de personas increíbles, tanto las chicas de Asturias, como los chicos de Galicia, me han demostrado en estos pocos días, que se puede hacer amigos e cualquier parte del mundo. Siempre les estaré agradecida por los maravillosos momentos que hemos pasado juntos, las risas, los bailes, las bromas… Hemos prometido no perder el contacto, y vernos en cuanto haya un hueco en nuestras agendas, a ser posible antes de que termine el año. Ellas han pensado en ir a verme el mes de diciembre, según me han contado, la primera semana de ese mes, tiene un puente largo, y si ha todas les viene bien, irán a Manhattan para pasarlo conmigo. Ellos en cambio lo tiene un pelín más complicado, pero bueno, todo se andará. Acabo de dejarles a todos en el aeropuerto y, ya les echo de menos. Decididamente, estas han sido las mejores vacaciones de mi vida.
 
Saco el móvil del bolso y miro las fotografías que me han enviado las chicas. Son de hace un par de noches, cuando yo tenía pensado quedarme a cenar en la habitación del hotel y ellas me enviaron un mensaje diciéndome que me esperaban abajo. Menuda juerga nos pegamos, estamos para que nos encierren no, lo siguiente. Cuanto más miro las imágenes, más me descojono, es que ver a Luz con un pene de pan en las manos apuntándonos como si fuese una pistola, no tiene precio.
 
Las muy condenadas, tenían reservada una mesa en uno de esos restaurantes picantes, ya me entendéis. El nombre de dicho restaurante lo dice todo y por cierto, me hizo mucha gracia, se llamaba “69 punto G”, ¿verdad que ya no hay ninguna duda de que tipo de restaurante era? Pues total que llegamos allí y nos pasan a un comedor enorme y lleno de gente. Por lo visto es uno de esos sitios donde se celebran despedidas de soltera y de soltero. Si, si, todos juntos en el mismo salón. Al principio me choco un poco, porque por norma general, esas fiestas suelen hacerse por separado ¿no?, pues allí no, allí había despedidas tanto de unos como de otras.
 
Una vez ubicadas en nuestra mesa, se acerca un animador, muy simpático él y hace la pregunta del millón. «¿Quién es la novia bonitas?» Miro a unas y a otras para ver que respuesta dan, por que claro, si hay una despedida, tiene que haber una novia ¿no? Pues casi me da un sincope cuando veo que todas a la vez, me señalan a mi, ¡la madre que las parió! El chico me mira, sonríe, me da la enhorabuena y me coloca en la cabeza una diadema con un pene de goma enorme, repito ¡la madre que las parió! Después de la sorpresa inicial de verme metida en ese sarao sin comerlo ni beberlo, y ya que estamos, pues me suelto la melena y disfruto de la compañía, de la cena y, del espectáculo, ¡y menudo espectáculo!
 
Me quedé muerta cuando con el primer plato, vi salir a un pedazo de maromo vestido de marine y empezó a sonar la música. A los pocos minutos, ya se había desprendido de su camisa y caminaba provocador hacia mi, moviendo aquel cuerpo pecaminoso de una forma alucinante. Cuando estaba a mi altura, arrancó literalmente sus pantalones al son de la música, con un gesto brusco pero excitante, quedándose con un tanga de color negro bien pegadito a esa parte de su anatomía que prometía y mucho. Lo último que esperaba, era que el macizorro se sentara en mi regazo, y lo hizo, vaya que si lo hizo. Decir que se froto lo que pudo y más contra mi, es quedarse corta, y yo, claro, metida en el papel de novia, no desaproveché la ocasión de palpar aquel culito tan prieto y tan mono, provocando la risa histérica de mis amigas y los silbidos y vítores de los demás comensales. ¡Había comenzado el espectáculo y yo, era la primera en disfrutarlo!
 
Con Cada plato, una nueva actuación. Había de todo, desnudo de chicos y también de chicas, primero unos y luego las otras, hasta que en el postre, se unieron todos e hicieron una actuación conjunta muy subidita de tono. Con piscina de plástico incluida y todo. Que manera de calentar al personal. Después de la cena, la fiesta continuo allí mismo, ya que había barra libre y música para bailar. Como buenas rumberas, nos quedamos hasta el final, hasta que el cuerpo no dio más de si. Fue una despedida de vacaciones en toda regla. Otra vivencia más que guardar en el USB de mi memoria.
 
Acabo de subirme al avión y, ya estoy ansiosa por llegar a mi destino. No sé si al final Daniel irá a buscarme al aeropuerto, anoche cuando hablé con él, volvió a decirme que tenía un par de reuniones después de la comida, y que no sabía si le daría tiempo de pasar a recogerme. De todos modos le veré en mi apartamento, y conociéndonos, el reencuentro será apoteósico.
 
Como no tengo nada mejor que hacer y, me quedan muchas horas de viaje por delante, cojo el ipod, me pongo los cascos y escucho la música que sheila me ha metido en él estos días. Con el suave ritmo de una balada preciosa de un grupo que se llama “Devicio”, me quedo dormida.
 
«— No te des la vuelta, quiero tenerte así, de espaldas—me dice mi capitán del caribe en susurros cargados de deseo.
 
Quiero verte, no te has cubierto la cara con el antifaz y, siento curiosidad. Quiero saber quien eres...—Gimo. Sus manos están acariciando mis pechos y apenas puedo hablar. Estoy excitada.
 
Aún no. Después…
 
Pega su cuerpo al mío, aplastándome contra la pared. Mis manos por encima de mi cabeza, enganchadas a unas esposas que a su vez están sujetas a unas correas de cuero que cuelgan del techo. No puedo verle, ni tocarle. Me tiene completamente sometida a su antojo. Su posesión me atormenta, me enerva, me enciende… Presiona el botón mágico que hay entre mis piernas y me retuerzo. Tiro con fuerza de las correas, pero no consigo soltarme, me tiene bien sujeta y yo, necesito tocarle. No me basta con sentir su piel contra la mía. Quiero y necesito explorar su cuerpo con mis manos, con mi lengua, necesito saborearlo. Pero me quedo con las ganas, al menos de momento. Su lengua juguetona, recorre mi espalda, activando mis terminaciones nerviosas en cuestión de segundos. Poniéndome a cien no, a mil, e incluso a dos mil.
 
Separa las piernas—me ordena—. Eso es… Estás tan húmeda, tan receptiva, tan caliente…
 
Por favor Jack… No me tortures más… ¡Fóllame de una maldita vez!—Y lo hace.
 
De un solo empujón y sin previo aviso, entra en mi, llenando toda mi cavidad con su miembro duro. ¡Oh señor siiii, siiii! Me deshago entre sus manos. Mis pechos golpean contra la pared con cada una de sus fuertes y salvajes arremetidas. ¡Joder, joder, joder, voy a correrme…!
 
Estás a punto nena, lo noto. Vamos Olivia, déjate ir… ¡córrete!
 
¿Cómo cojones sabe mi verdadero nombre? ¿Acaso me conoce? ¿Quién eres Jack Sparrow…?»
 
Me despierto y, acto seguido me incorporo en el asiento. Varias cabezas están giradas hacia mi, con la boca literalmente abierta, contemplándome descaradamente. ¡Mierda! Seguro que me he puesto a gemir como una loca. ¡Qué alguien me abra la puerta que me lanzo al vacío! ¡Joder que vergüenza!
 
Me siento frustrada y cabreada. Frustrada porque me he quedado a las puertas de un orgasmo brutal y, cabreada porque mi puto subconsciente ha vuelto a hacer de la suyas dejándome en evidencia delante de toda esta gente. ¿Por qué siguen mirándome? ¡Maldita sea, no voy a correrme, dejad de mirarme!
 
Ojalá hubiera un sitio donde pudiera esconderme de todas esas miradas curiosas y ávidas de mi inexistente orgasmo. Quizá si fuera al baño y me quedase allí durante un ratito… no que va, mala idea. Seguro que piensan que he ido a terminar de satisfacerme y eso ya sería el colmo de los colmos. No creo que fuera capaz de soportar más miradas indiscretas. Mejor me quedo donde estoy y espero a que cada uno vuelva a lo suyo y se olviden de mi. A duras penas consigo mantenerme despierta durante el resto del viaje. Solo de pensar en volver a quedarme dormida, me da pavor. No quisiera por nada del mundo seguir deleitando al público aquí presente con mis gemidos.
 
Cuando el avión por fin aterriza en el aeropuerto JFK, suspiro aliviada. No veo la hora de salir de este cacharro y perder de vista a toda esta gente. Seguro que hoy seré el tema de conversación en muchos hogares… ¡Pues que lo disfruten cotillas de mierda! «Eso Olivia—me digo—como si ellos tuvieran la culpa de todo». Nos bajamos del avión y disparada voy a buscar mi maleta. Igual son imaginaciones mías, pero creo algunos todavía me miran…
 
Con la maleta ya en mi poder y, sin volver a dirigir una mirada a mi alrededor, me encamino hacia la puerta de salida, pero antes de que llegue a ésta, una mano tira de mi y me da la vuelta… Al ver de quien se trata, una sonrisa brota de mis labios, mi “pitufo gruñón” ha venido a buscarme. Me refugio en sus brazos, ¡por fin estoy en casa…!
 





11 comentarios:

  1. ayyy como me he reído con la escena en el avión. Menos mal que luego llega su príncipe a salvarla, jajaja.
    Ya tenía ganas de un nuevo capítulito.
    Un besillo.

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    1. Yo también me he reído un montón al escribir esa parte María, imagínate la escena, menuda vergüenza!! Jajajaja Que cosas le pasan a esta Olivia!!
      Como siempre, gracias!!
      Besin ;)

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  2. Segurísimo que será el tema de conversación de muuuuchas charlas, ¡¡pero no es para menos!! jajajaja.
    Me pregunto si su subconsciente echa de menos a Jack a pesar de estar con El señor "soy un ogro". Esto tenemos que aclararlo, ji, ji.

    Muy buen capítulo, Virginia, te habíamos echado de menos :))

    Un besillo!!

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    1. Julia, ni ella misma sabe lo que siente por Jack, precisamente en el próximo capítulo se hace esa pregunta!!
      Gracias, Besin!! :)

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  3. Qué vergüenza la escena del avión Jajajajaja :)
    Muy buen capítulo.
    Un saludo y espero leerte más!:)

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    1. Pues si Rachel menudo corte!! Jajajaja Me alegro que te haya gustado, y por supuesto encantada de que me leas!!
      Saludos :)

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  4. Me alegro de que Olivia descubra que también puede hacer amigos y relacionarse, es como si empezara aprender a vivir.
    Ay Jack está presente y hasta que no sepamos quién es, presiento quebraderos de cabeza, jeje

    Besitos!!!

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    1. Claro Irene, para ella todo es nuevo, ya era hora de que empezara a vivir!! ;)
      Confieso que algún quebradero de cabeza que otro hay por ahí!! Jeje
      Gracias Besin!! :))

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  5. Buenísimo el momento porno erótico festivo. ;)
    Un besote. =)

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    1. Muchas gracias Soledad, me alegra que te haya gustado!!
      Besin!! :))

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  6. Buen capitulo la despedida de las vacaciones y después el sueño magistral. Yo comencé un relato con un sueño.... bueno ja os contaré es otra historia . Un abrazo

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