Entradas populares

lunes, 21 de diciembre de 2015

R.D.C. CUANDO MENOS TE LO ESPERAS PARTE I

 
 
 
 
 
Por fin ha llegado el otoño a la ciudad. Todo está cubierto de esos colores ocre que tanto me gustan y, que me hacen sentir bien. Me gusta esta estación, bueno, en realidad me gustan todas. Cada una de ellas, tiene algo que me maravilla, pero sobre todo, lo que más me llama la atención, es ver como todo cambia a su paso y, lo sutilmente que nos enseñan que el tiempo pasa, que no se detiene ni por mi, ni por nadie.
 
Hace dos semanas que he vuelto a mi rutina habitual, a mi trabajo, y a pesar que no comparto mi día a día con Daniel porque él está en San Francisco, lo llevo bastante bien. Echo mucho de menos no tenerlo tocándome las pelotas en la oficina, pero sobretodo, lo echo de menos cada noche en mi cama. Mi cuerpo se ha acostumbrado demasiado rápido a sentir sus brazos rodeándolo mientras dormimos. En realidad, para ser sincera conmigo misma, todo de él, lo echo de menos.
De momento, nuestra relación está limitada a los fines de semana y, aunque me gustaría tenerlo junto a mi a cada instante, me conformo con disfrutarlo de viernes a domingo e incluso a veces hasta algún lunes por la mañana. Nuestros reencuentros, son intensos y apasionados, a cada cual mejor, y luego, nuestro día a día es simplemente perfecto. No es que mis miedos y mis dudas hayan quedado del todo olvidadas, para nada, siempre están ahí, en algún rincón de mi mente, recordándome que hay algo pendiente en mi vida, pero como he decidido disfrutar al máximo de mi relación con mi “pitufo gruñón”, pues sencillamente las cubro con un poco de indiferencia y sigo adelante.
 
Lo único que no llevo nada bien de la ausencia de Daniel, es tener que soportar la presencia de Bruce cada dos por tres en el despacho. Me mira de una forma extraña que me hace sentir muy incómoda. En más de una ocasión ha intentado acercarse a mi más de lo necesario, por eso últimamente intento no quedarme a solas con él bajo ningún concepto. Su sola presencia me repugna. Sé de sobra lo que pretende, por eso creo que de momento ha pasado por alto que nos viera a mi y a su hermano aquella vez en el restaurante en actitud cariñosa. Lo que él no parece saber es que yo no soy una mindungui y, cuando menos se lo espere, de seguir así, tendré que dejarle las cosas claras, aunque lo único que consiga con ello, sea buscarme problemas.
 
Rebeca que no tiene ni un pelo de tonta, también se ha dado cuenta de la actitud de Bruce y, en la oficina no me deja sola ni a sol ni a sombra. Por si las moscas, se mantiene pegada a mi, tanto que hasta podríamos pasar por hermanas siamesas y, se lo agradezco en el alma. Me ha sugerido que se lo comente a nuestro jefe y mi chico, por tratarse claramente de un caso de acoso, pero todavía no lo he hecho y no estoy muy segura de estar haciendo lo correcto al mantener la boca cerrada en este asunto. Sospecho que al final, haga lo que haga, de los problemas no me salva nadie.
 
En estas dos semanas, he recibido dos invitaciones seguidas del club. Por supuesto que no he ido, estoy loca, pero no tanto como para liarme la manta a la cabeza e ir a darlo todo a las reuniones. La verdad, he de reconocer que lo echo de menos. No las reuniones en si, más bien el estar con Jack. No termino de lograr sacármelo de la cabeza, y mira que lo intento ¿eh? Pero nada, no hay manera. A veces, me despierto en mitad de la noche con las hormonas por las nubes por culpa de esos sueños que siguen atormentándome. Menos mal que nunca me ha pasado estando con Daniel dormido a mi lado, porque ¿cómo explicarle que mi cuerpo reacciona de esa manera por culpa de otro hombre? Un hombre al que sexualmente conozco pero del que en realidad no sé nada...
 
Rebeca me saca de mis pensamientos al entrar en nuestro despacho parloteando sin parar. Viene con la comida para ambas ya que hemos decidido comer aquí mismo. Fui yo la que se lo sugerí, quiero tratar de convencerla para que le sonsaque información a su hermano y, nuestro despacho nos da toda la intimidad que necesitamos para este tipo de conversación sin tener que estar mirando por encima de nuestros hombros si a nuestras espaldas, hay algún cotilla poniendo la oreja. Nos acomodamos en su mesa. Filete de ternera con guarnición para mi y, ensalada césar para ella. Comemos en silencio, supongo que Rebeca rumiando el que Paul sigue pasando de ella y yo, buscando una manera sencilla de proponerle a Rebeca mi plan.
 
Rebeca—digo rompiendo el hielo—, desde la noche de chicas del otro día, hay algo que me ronda la mente…
 
Soy toda oídos—contesta haciendo a un lado su ensalada y mirándome con curiosidad.
 
Verás, siendo tu hermano y Daniel tan amigos y, sabiendo que tiene muchas cosas en común, ¿crees que exista la posibilidad que ambos acudan a las reuniones del club juntos?
 
Pues no sé que te diga, es probable, pero mi hermano jamás me insinuó nada respecto a que Daniel fuera miembro del Lust. Ya te comenté que no le gustaba demasiado hablar del tema conmigo y, aunque lo hiciera, supongo que nunca nombraría a nuestro jefe. A él no le importa que su familia sepamos a donde va de vez en cuando para divertirse, pero no todo el mundo es como él.
 
Si, lo entiendo. No dejo de pensar en ello y la duda me está matando. Oye, ¿no podrías intentar sonsacarle información a tu hermano? Como estás interesada en formar parte del club, pues tampoco sería absurdo que le preguntaras si a parte de él hay alguien conocido ¿no?
 
Claro que puedo hacerlo, ya me conoces...—me guiña un ojo traviesa—. Pero dime, si descubro que Daniel también es miembro ¿que harás?
 
Supongo que nada. No podría recriminarle que fuera a esas reuniones cuando yo también lo hago ¿no? Saberlo me ayudaría a mi a ser totalmente sincera con él y, quien sabe, quizá hasta podríamos ir juntos. Entonces, ¿lo harás?
 
¡Por supuesto! Pero mi investigación tendrá que esperar, porque mi hermano y mi cuñada están de viaje y no vendrán hasta dentro de unos días. Te prometo que en cuanto tenga oportunidad, le haré a mi hermano un tercer grado para enterarme de todo, aunque te advierto que el muy memo es duro de pelar.
 
Muchas gracias, estaba completamente segura de que aceptarías mi descabellado plan.
 
bueno, ya sabes que si hace falta la menda lerenda se apunta a un bombardeo, así que ten paciencia y, déjalo en mis manos—Las dos reímos cómplices.
 
Más tarde, me encuentro en mi despacho sola. Son más de las cinco y todos han abandonado sus puestos de trabajo, pero yo me he quedado un ratito más porque mañana habrá una reunión muy importante con todos los directivos de la empresa y, a la que yo acudiré como directora ejecutiva de aquí en Manhattan. Quiero estar bien preparada con los temas que van a exponerse para poder dar mi opinión en lo que sea que vaya surgiendo, sobretodo en el tema de San Francisco que trae a mi chico de cabeza. Rebeca ha insistido en quedarse conmigo, pero al saber que Bruce no anda por la oficina, le dicho que podría irse tranquila, que no me quedaría mucho tiempo y que además, el tío de seguridad siempre se daba una vuelta por allí. No muy convencida se marchó, y yo me puse manos a la obra.
 
No llevo ni media hora sola, cuando noto la presencia de alguien en mi despacho. Alzo la mirada creyendo que al final mi amiga ha decido dar la vuelta y quedarse conmigo y, para mi desgracia, me encuentro con los ojos del hermano de Daniel puestos en mi. ¿Qué coño está haciendo él aquí en mi despacho? Auguro que nada bueno.
 
¿Puedo ayudarte en algo Bruce?—Pregunto seria.
 
Podrías si quisieras… No imaginé encontrarte aquí sin tu carabina...—Dios, si hasta el tono de su voz me asquea. Aparentando una tranquilidad que en realidad no siento, me levanto. Hay discusiones que es mejor hacerlas de pie por si las moscas. Cierro la carpeta que tengo encima de la mesa y la recojo.
 
Me pillas por los pelos, estaba a punto de irme…—Se acerca sigilosamente a mi y acaricia con un dedo mi cuello. Me aparto bruscamente y, me encaro a él—. ¡No vuelvas a tocarme!
 
No te hagas la estrecha gatita. Sé que te follas a mi hermano, ¿qué buscas? ¿Subir un escalón más en la empresa? Pues déjame decirte que no lo conseguirás. Daniel no es idiota y sabe de sobra lo que pretendes, pero, si fueras tan cariñosa conmigo como lo eres con él, yo podría darte todo lo que quisieras…
 
¡No te atrevas a acercarte a mi!—espeto con rabia.
 
¿O qué?—susurra mientras posa sus manos en mis hombros y acerca su cara a la mía.
 
¡Suéltame pedazo de cabrón!—Sin pensarlo dos veces, le doy un rodillazo en su entrepierna consiguiendo que me suelte en el acto y que se doble de dolor—. ¡¡Jamás vuelvas a acercate a mi hijo de puta!!—Cojo mis cosas y corro hacia la puerta.
 
¡Esta me la pagaras!—Aúlla, no sé si de dolor o de enfado.
 
¡No te tengo miedo! Vuelve a acercarte a mi y te denunciaré—Tras decir esto último cierro la puerta y corro al ascensor. No creo que se atreva a venir corriendo detrás de mi, pero como vale más prevenir que luego lamentar, paso de esperar a que el ascensor suba y bajo disparada por las escaleras.
 
Una vez en la calle, me apoyó en la pared del edificio para recuperar el aliento. He pasado un miedo espantoso, menos mal que mi cuerpo trabaja por cuenta propia y mi rodilla fue ágil, porque sino, sabe Dios lo que podría estar pasando en estos momentos. Aunque vivo cerca del trabajo, esta vez decido para un taxi para volver a casa. Después de lo ocurrido, no creo que mis piernas puedan sostenerme por más tiempo. En cuanto llego, me doy una ducha para borrar de mi cuerpo la sensación de asco y, solo cuando creo que soy capaz de articular las palabras sin tartamudear, llamo a Rebeca y le pongo al corriente de lo que ha pasado. Ella, con razón, me pega una bronca diciéndome que hacía días que tenía que haber hablado con Daniel para que le parara los pies a su hermano y, que debería de ir a la comisaría más próxima para denunciarlo.
 
Esa noche, apenas consigo dormir. Cada vez que cierro los ojos siento a ese hijo de su madre cerca de mi y me dan escalofríos. Mañana en cuanto llegue a la oficina y vea Daniel, hablaré con él. Espero que no sea demasiado tarde...
 
 








 


6 comentarios:

  1. Ayyyyy me dejas completamente intrigada. Espero que hable con Daniel ya, y que nos lo cuentes. Pero que hable de tooooodo. Me estoy quedando sin uñas.
    Un besillo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En algún momento tendrá que hablar con él pero... prefiero no decir ni mu!! Jajajaja Te compraré unas uñas de esas monisimas!! Jeje
      Gracias María, besin!! :))

      Eliminar
  2. Ya se preveía que el hermano daría problemas con su historial, qué asquito de hombre (perdón) pero tenía que decirlo... espero que Daniel lo ponga en el sitio que le corresponde.

    Por cierto, ¿ha dicho que si Daniel es socio iría con él? jajaja (vuelvo a tararear tannanantannana) ;)

    Besos!!!

    ResponderEliminar
  3. Es el típico hombre que se cree con derecho a que se haga lo que el pretende, queda en suspense

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si María del Carmen, es un poco cabronazo!! jajajja
      Gracias Besin :)

      Eliminar
  4. Y ahora sigo con mi sospecha de que Bruce es jack, y el la conoce muy bien , por eso la ataca. Jack en el club solo actuaba hablaba poco así que ella no le conoce por la voz

    ResponderEliminar