Entradas populares

jueves, 7 de enero de 2016

R.D.C. ENFRENTADOS

 
 
 
 
 
Nadie dice nada. No me extraña, la cara de Daniel no da lugar a ello, ¿he dicho que al dar mi golpe de gracia se convertiría en un fiero león? Pues creo que me he quedado corta. Su mirada es tan fiera, y su mandíbula está tan tirante que miedo me da de lo que pueda soltar por esa boca en cuanto la abra. Que lo hará, de eso no tengo ninguna duda. Rebeca se ha quedado paralizada, seguramente piense que me he vuelto loca, y con razón. Yo también lo pienso, pero no retrocederé ni un milímetro. En cambio la expresión de Bruce es de satisfacción y de triunfo. ¡Si pedazo de mierda, disfrútalo! Pero yo soy de las que piensa que el que ríe el último, ríe mejor. En vista de que nadie dice ni pío, soy yo la que vuelve a hablar…
 
Bueno, veo que nadie tiene nada de objetar, así que el problema de San Francisco por fin queda resuelto. Señor Dempsey, le agradecería mucho que agilizara los tramites de mis traslado, cuanto antes me vaya, antes podré empezar a realizar mi trabajo.
 
¡¡No!!—Todos nos sobresaltamos por la rotundidad de esa sola palabra.
 
¿Y por qué no Daniel? La señorita Murray tiene razón, no entiendo porque te niegas…
 
¡Cállate Bruce! Señorita Murray, a mi despacho, ¡¡ahora!!—Tira la silla en la que está sentado al levantarse y sale por la puerta bufando. Tranquilamente me pongo en pie y le sigo.
 
Entra en su despacho como un huracán, arrasándolo todo a su paso. Me asusto, pero no me amilano. Entro detrás de él y me quedo de brazos cruzados contemplando su ir y venir, la rabia que desprenden sus movimientos, en lugar de achicarme, hace que yo también empiece a sentir mi ira apoderándose de todo mi ser. Para que mentir, para enfrentarme a él, prefiero que esté rabioso e iracundo que no con su típica frialdad, estoy completamente segura que de esta batalla, ninguno de los dos va a salir bien parado.
 
  — ¡¡Cierra la puta puerta!!—obedezco sin rechistar, pero para cabrearlo más si cabe, en lugar de cerrar dando un buen portazo, lo hago con muchísima parsimonia—. ¿Puedo saber a que cojones viene esto?
 
Es muy simple, tú necesitas cubrir un puesto de trabajo con urgencia y, yo me he ofrecido voluntaria...
 
¡¡¿Acaso te has vuelto loca?!!
 
No lo creo, y por favor Daniel, deja de gritarme. Gracias a Dios oigo perfectamente—ni yo misma puedo creerme que esté hablando tan pancha, como si todo esto en realidad no fuera una puta locura.
 
¡¡¿Qué deje de gritarte?!! ¡¡¿Tienes idea de lo cabreado que estoy contigo en estos momentos?!!
 
Descuida, me hago una idea...
 
¿Me estás vacilando Olivia?—Dice acercándose a mi.
 
No.
 
¡¡¿Por qué estás haciendo esto?!! Y no me vengas con lo del puesto que hay que cubrir con urgencia porque no me lo trago.
 
No es mi problema...
 
¡¡Déjate de evasivas...!! ¿Qué pasa con lo nuestro?—Pregunta señalándonos a ambos—¡¡Contéstame joder!!
 
Lo nuestro ya no existe Daniel...
 
¿Cómo dices?
 
Lo que oyes... Escuché tu conversación con Bruce.
 
¿Conversación? ¿De qué estás hablando?
 
De la conversación que mantuvisteis tu hermano y tu esta mañana sobre mi...—Por fin parece entender de que estoy hablando.
 
¡¡¿Nunca te han dicho que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?!! ¡¡¿Cómo lo hiciste, pegaste la oreja a la puerta?!!—¡Oh señor, ayúdame a controlarme porque temo matarlo aquí mismo!—¿Tenías miedo de que me enterara de algo que debía ignorar? ¿Por eso pegaste la oreja a la puerta?—¡Oh no, no y no, por ahí no paso!
 
¡¡No fue necesario que hiciera algo así!!—Ahora soy yo la que grita—¡¡Tú querías que escuchara la conversación!! ¿Por qué sino ibas a pulsar el botón del intercomunicador si no fuera esa tu intención? ¡¡ Y no te atrevas a acusarme de algo de lo que no tienes ni idea!!
 
¿De qué cojones estás hablando? Yo no pulse ningún botón, ni siquiera estaba...—Se queda callado, pensativo…
 
Contemplo como su cara va cambiando de expresión, a cada cual peor. Mueve la cabeza ligeramente con gestos afirmativos y luego negativos. ¿Qué estará pensando? ¿Estará dándose cuenta de algo importante que se le haya pasado por alto? Eso espero, porque a pesar de que lo nuestro esté más que finiquitado, al menos por mi parte, él sigue siendo mi jefe y, tendremos que seguir manteniendo una relación profesional y, por el bien de los dos y de la empresa, ésa relación deberíamos llevarla de la mejor manera posible.
 
Se coge el puente de la nariz con dos dedos y sigue reflexionando. Ojalá pudiera saber lo que está pasando por su cabeza. Respira hondo un par de veces y por fin, tengo la sensación de que va a seguir hablando. Sea, lo que sea que haya pasado por su mente, estoy a punto de saberlo.
 
Olivia...—dice más calmado. Después de todo parece que esas hondas inspiraciones, han servido para algo. Por lo menos se ha tranquilizado—, no fui yo quien pulso el botón…
 
¡Venga ya Daniel, no me vengas con chorradas! ¿Ahora resulta que el puto botón se pulsó solo?
 
Me da igual si me crees o no. Pero no fui yo quien lo hizo… yo estaba sentado ahí—dice señalando el sofá de piel negra que está en el lateral de su despacho—estaba repasando los puntos de la reunión mientras hablaba con Bruce…
 
Si tu no fuiste, entonces, ¿fue Bruce? ¿Es eso?
 
Exactamente. Era él quien estaba sentado a mi mesa, y yo, estaba tan concentrado con los papeles que tenía en la mano, que ni cuenta me di de que él estaba pulsando el botón del intercomunicador mientras hablábamos—. Si, ese cerdo ha sido capaz de planear todo esto por joderme…
 
De todos modos, aunque no hayas sido tú, eso no te exculpa de lo que dijiste. Te oí perfectamente Daniel…
 
¿No te das cuenta de que ambos caímos en la trampa de mi hermano?
 
¿Trampa?
 
Si Olivia, trampa. Bruce sabía que en cuanto empezará a hacer preguntas sobre ti, yo, diría cualquier cosa con tal de quitármelo de encima, ¿es qué no lo entiendes? ¿Acaso no te ha quedado claro en estos dos meses lo que siento por ti? ¿Qué te quiero?
 
Lo siento, pero no, no lo entiendo. Si es cierto lo que dices, ésta hubiera sido tu oportunidad de dejarle claro a tu hermano lo que sientes por mi en lugar de decir claramente que yo era una más de las que te estás tirando…
 
¿Y qué crees que hubiera hecho él al saber que estoy locamente enamorado de ti? ¡Yo te diré lo que hubiera hecho… Ahora estaría removiendo Roma con Santiago para ponerte de patitas en la calle…!
 
Por eso no lo entiendo Daniel… Eres el jefe y, si de verdad me quisieras como aseguras, jamás le permitirías a Bruce hacer tal cosa. Tú eres quien manda aquí, no él. Tú eres quien dicta las normas, no él… en cambio, me has negado, igual que Judas negó a Jesús, así me has negado tu. O pero aún, has dicho claramente que soy una más… Por una vez, ponte en mi lugar y piensa, ¿que harías tú si hubieras escuchado todas esas cosas sobre ti? ¿Te hubieras quedado de brazos cruzados? ¡Dime!
 
No lo se Olivia. Lo único que sé es que cuando crees tener la razón, te cierras en banda y no escuchas. Te ciegas de tal manera que, tomas decisiones sin pararte a pensar en las consecuencias. Al contrario que tu, yo tengo claros mis sentimientos por ti. Supongo que lo que yo hubiera hecho si estuviera en tu lugar, hubiera sido hablar contigo para aclarar las cosas, no sentenciarte sin más…
 
Si claro…
 
¿No me crees verdad?—Niego con la cabeza— Si escuchaste toda la conversación, entonces habrás oído como Bruce te acusaba de ciertas cosas, entre ellas de haber intentado tener algo con él…—Asiento— No creí ni una sola palabra de lo que me dijo, y ¿sabes por qué? Porque te conozco Olivia, porque sé que tu no eres de esa clase de mujeres, pero sobretodo, por que confío en ti y, te quiero.
 
Si, eso pensé cuando escuché tu respuesta, de hecho, te di las gracias mentalmente y, prometí quererte más si cabía… Y lo primero que haces en cuanto sabes que estoy al tanto de la conversación, es tirarme a la cara las insinuaciones de Bruce… Otra bofetada más…—Chasqueo la lengua— Si a la mínima oportunidad que has tenido, has sido capaz de de hacer algo así, entonces, permíteme que dude de tu confianza…
 
Tienes razón, pero entiende que estaba muy cabreado contigo y…
 
Yo te entiendo, ¿puedes entenderme tú a mi? Di, ¿puedes entenderme?
 
Si.
 
Perfecto. Entonces prepara todo lo necesario para mi traslado a San Francisco.
 
No voy a hacerlo.
 
¿No?
 
No. No quiero que te vayas. No quiero perderte.
 
Como quieras. Entonces mañana a primera hora, tendrás mi renuncia sobre tu mesa...—Camino hacia la puerta y, antes de que pueda salir del despacho, Bruce irrumpe en éste como un vendaval.
 
 
¿Qué cojones te crees que estás haciendo Daniel? Tienes a ocho directivos esperando en la sala de juntas esperando a que resuelvas tus líos de faldas con la señorita Murray…
 
¡¡Cierra la puta boca Bruce!!
 
¡¿Te has vuelto loco o que?!—Como veo que sobro, abro la puerta para largarme, pero antes…
 
Oye Bruce—digo tranquilamente— ¿Por qué no le cuentas a tu hermano lo que pasó ayer en mi despacho? Ya sabes… Cuando intentabas acariciarme y, me decías que si fuera tan cariñosa contigo como lo era con tu hermano, me darías lo que quisiera… No me mires así hombre, seguro que recuerdas la patada que tuve que darte en tus partes para que me soltaras.—Al ver su cara, sonrío—Ya veo que lo recuerdas. Ahora cuéntaselo a él…
 
¡¡Serás hija de…!!—Cierro la puerta tras de mi. No me interesa ni quiero, seguir escuchando a ese mamón. Lo dicho, “Quien ríe el último, ríe mejor”.
 
Cuando salgo del despacho, las voces que salen de éste no dejan a nadie indiferente. Mis compañeros al verme disimulan y vuelven a lo suyo, pero sé de sobra que están más pendientes de lo que pasa allí dentro, que del trabajo que tienen que realizar. Paso de largo la sala de juntas y, Rebeca que me ve, sale a mi encuentro, me coge del brazo y tira de mi hasta que consigue meterme en el baño. Su cara es un poema la verdad, y aunque su boca se abre y se cierra constantemente, de ella, no sale ni una sola palabra. Creo que por primera vez desde que la conozco, he conseguido dejarla sin ellas. Lástima que sea por este motivo en concreto. Me cruzo de brazos, esperando que deje de dar vueltas como si fuese un pato mareado, pero la muy cabrita no deja de moverse. Cuando creo que no dejará de ir de un lado a otro, se para en seco frente a mi, apoya sus manos en mis hombros y pregunta…

¿Qué has hecho Olivia?—La única contestación que obtiene de mi, son las lágrimas que llevo reteniendo desde que salí de la reunión para ir al despacho de Daniel. Por el momento, es de lo único que soy capaz, de llorar, llorar y, llorar…
 
 


 
 
 

 
 

 






8 comentarios:

  1. Ayyyy pobre. Qué ganas de que la coja en brazos y se la lleve de allí en volandas.
    En plan oficial y caballero y callando a su hermano, que espero y rezo que no sea Jack.
    Un besillo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ainsss María, si, que romántico, pero siento desilusionarte, de momento va a ser que no!! jajajaj
      Ya queda poco... jijiji
      Gracias Besin :)

      Eliminar
  2. Este es el ultimo tirón pero siguen las intrigas verdad Virginia? y lo de Jack va a traer cola jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si María del Carmen, es el último tirón, ya queda poco para que está historia termine. Y lo de Jack... mejor me lo callo. Jajajaja
      Gracias Besin :))

      Eliminar
  3. Tanto temperamento por parte de los dos protagonistas es como una bomba...

    Qué bueno, Virginia, casi me olvido de respirar mientras leía!! jajajjaa. Espero acontecimentos :)

    Un beso grande!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si Julia, nunca mejor dicho, son una auténtica bomba!!
      Tu respira, que ya queda menos!!
      Gracias Besin :))

      Eliminar
  4. Demasiada desconfianza y miedo, y una pasión totalmente descontrolada lo que tienen estos dos, ;)
    Espero que no la deje irse y por una vez haya paz... jeje
    Besitos!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo contigo Irene, habrá que darles unas collejas a ambos!! Jajajaja
      Gracias Besin :))

      Eliminar