Entradas populares

miércoles, 30 de septiembre de 2015

R.D.C EL SEÑOR "SOY UN OGRO" PARTE II

 
 
 
 
 
 
«Me he muerto y estoy en el cielo —pienso mientras miro a mi alrededor». Estoy tumbada en un chaise longe de color blanco y dorado y, todo lo que me rodea también es de un color blanco impoluto. Siento una calma absoluta, y paz, mucha paz. Noto el tacto de unas manos suaves acariciando mi rostro con ternura. Por su aspecto debe de ser un ángel. Pelo claro, ojos de un azul intenso que me hipnotizan. Lleva pantalón y camiseta también en blanco. Se inclina y se acerca a mi oído para susurrarme algo que no soy capaz de entender. ¿Quién eres? Me da la espalda y se aleja. Entonces es cuando veo sobresalir de su espalda dos enormes alas de color negro, pienso que debe de ser un ángel caído o algo así. En realidad no tengo ni idea, todo es tan surrealista…
 

Olivia… —Alguien susurra mi nombre bajito—, Olivia, despierta por favor…
 
Busco el lugar del que proviene esa voz desesperada que me pide que me despierte, ¿es qué acaso estoy dormida? La voz, insiste una y otra vez en que abra los ojos, pero no quiero hacerlo. Algo en mi fuero interno me dice que si lo hago, la paz que siento en mi interior, se esfumará. Estoy tan bien aquí…
Al final claudico y poco a poco voy abriendo los ojos. Lo dicho, en cuanto lo hago, toda la paz se esfuma al ver la cara de mi jefe a escasos centímetros de la mía. Esas palabras pronunciadas por él hace un momento… «Estás despedida Olivia...», golpean con fuerza en mi cabeza y al tener su rostro tan cerca de mi, rezo al Todopoderoso para que me de un ataque de alergia y empiece a estornudar sin parar. Pero va a ser que no.
 
Él, me mira detenidamente, callado. Como si tuviese miedo a pronunciar palabra alguna. Se inclina un poco más, hasta el punto que noto su cálido aliento sobre mi rostro. Creo que está a punto de besarme y, a pesar de toda la rabia que siento porque me ha despedido sin ningún motivo aparente ( al menos que yo sepa ), quiero que lo haga. Quiero que me bese y saber de una maldita vez a que saben sus labios arrogantes. Por primera vez en cinco años, me siento flaquear con el señor “soy un ogro” y eso me asusta. ¡Por el amor de Dios, me ha despedido! ¿Cómo puedo estar siquiera pensando en dejarme besar por él? ¿Es qué me he vuelto idiota o qué? ¡Maldita sea…!
 
¿Qué te crees que estás haciendo? —Espeto con brusquedad consiguiendo que él me mire directamente a los ojos—. ¿A caso te crees que soy la bella durmiente para que te atrevas a besarme? ¿O es qué quiere darme un beso como premio de consolación por mi despido?
Olivia, respecto a eso…
¡Si, explicate respecto a eso! ¿Puedo saber por qué coño me has despedido? ¿Puedes decirme exactamente que es lo que he hecho para merecer algo así?
Bueno, veras… En realidad no es cierto.
¿Qué no es cierto? —¡La medre que lo pario!— ¿Qué no es cierto? —Grito como una energúmena.
 
Lo empujo con fuerza para apartarlo de mi, y me levanto tan rápido del suelo, que estoy completamente segura, que ni la cámara de vigilancia que sé que él tiene puesta en alguna parte, le ha dado tiempo a registrar ese movimiento. Apoyo las manos en las caderas y lo miro de frente. Con furia. ¡Patearía ese culo pomposo que tiene hasta el fin de mis días!
 
¿Por qué lo has hecho? ¿Tanto me odias como para hacerme algo así?
No te odio Olivia…
¡Dime porque lo has hecho!
Lo hice porque llevaba más de diez minutos sentado en frente de ti y ni siquiera me veías. Estabas tan ensimismada pensando, que ni siquiera apreciaste el movimiento de mi mano delante de tu cara. Fue lo primero que se me ocurrió para hacerte reaccionar. Pensé que en cuanto lo oyeras te pondrías a gritar y a hacer aspavientos con las manos como haces normalmente. Además, reconozco que quería hacerte pasar un mal rato —Está claro que con patearle el culo, no voy a tener suficiente, voy a tener que pensar en algo, algo sangriento—. Lo que no imaginé, fue que te quedarías callada y te desmayarías. Lo siento, lo siento muchísimo Olivia. He sido un gilipollas por hacer algo así.
¿Puedo saber qué te he hecho para que sientas la necesidad de hacerme pasar un mal rato? ¿Puedo saber qué cojones quieres de mi? ¡Últimamente, no haces más que buscarme, buscarme y buscarme y créeme, empiezo a estar harta de esta situación!
¡Maldita sea, me gustas! Y tú, no haces más que ignorarme y despreciarme. Sólo quiero que me conozcas, que veas quien soy en realidad. Si me dieras una oportunidad, te darías cuenta que ni de coña soy la clase de persona que te imaginas —¡Ay Dios mío que me da un parraque! ¿Ha dicho que le gusto? ¿En serio? ¡Joder, pues estamos apañaos porque yo hacia él siento todo lo contrario! ¿Quiere eso decir qué vamos a seguir tratándonos así continuamente? ¿Qué nunca vamos a poder entendernos?
Señor Dempsey…
¿Lo ves? ¡Joder Olivia, estabas tuteándome hace dos minutos y ahora vuelvo a ser el señor Dempsey!
Tienes razón. Mira, yo no siento lo mismo que tú, no me gustas y, si realmente estás buscando la manera de cambiar eso, con tu actitud, estás consiguiendo todo lo contrario. Conmigo no haces más que cagarla Daniel, por ese camino, no llegarás a ningún lado…
¿Qué tengo que hacer para que me des una oportunidad?
Nada. No tienes que hacer nada porque nunca voy a darte esa oportunidad. Lo siento. Ahora si me disculpa —vuelvo al trato empleada jefe—, ya he perdido demasiado tiempo, recuerde que usted me paga por hacer mi trabajo, que aquí no se hacen obras de caridad —dicho esto, doy media vuelta para salir de allí en cuanto antes.
Señorita Murray… —Me giro desde la puerta— Tome —me extiende un papel doblado. Lo cojo—, es la dirección de la tienda donde compré las bambas de CK, las quiero sobre mi mesa antes del fin de semana. Estaba dispuesto a perdonarla, pero visto lo visto…
Si claro —digo torciendo el gesto y poniendo una mueca de desagrado—, como si usted fuera capaz de hacer algo sin recibir nada a cambio… —Firme como una vela, desaparezco de su campo de visión en cero coma.
 
Sé que pensaréis que estoy loca por lo que acabo de hacer, por no dejarme llevar y haberme lanzado a devorar su boca pecaminosa, pero no, no puedo hacerlo. Sencillamente porque no me bastaría con tener un lío con él. Me conozco bien, y sé que acabaría enamorada hasta las trancas cuando probablemente para él, solo sea un capricho pasajero. Un desafío o como queráis llamarlo. No quiero enamorarme, me niego rotundamente a ello. Cuando me inscribí en el “Lust”, lo hice para cambiar mi vida, porque estar en el club, me brindaba la oportunidad de follar con quien me diera la gana sin aplicar ningún tipo de sentimiento en ello, más que el de la lujuria y el deseo. Sin la necesidad de poner mi corazón en juego. Llamadme cobarde si queréis, quizá lo sea, no lo niego. Pero prefiero vivir con mi cobardía a tener que vivir con un corazón destrozado por un amor no correspondido. Ya he pasado por eso una vez y duele, duele demasiado.
 
El resto del día, lo paso enclaustrada en mi despacho. Ni siquiera Rebeca es capaz de sacarme de mi abatimiento con su charla constante. Después de un buen rato intentándolo, por fin, al ver que yo la ignoro totalmente y que solo contesto a sus preguntas con monosílabos, parece haberse dado cuenta que el horno no estaba para bollos y ha desistido. Me deja trabajar a mi aire y sin volver a dirigirme la palabra, aunque si que noto su mirada sobre mi más de una vez. Sabe que algo me pasa, y si me conoce un poco ( que creo que si ), no hurgará en ello, esperará a que sea yo la que saque el tema y le cuente lo que ha sucedido.
Durante todo el día, he evitado volver a entrar en el despacho del jefe. Por hoy ya he tenido bastante, tengo el cupo de gilipolleces lleno hasta los topes, así que he enviado a Rebeca en mi lugar cada vez que él ha necesitado algo. Supongo que habrá captado la indirecta de que no quiero verlo, porque ni siquiera ha protestado al verla a ella y no a mi. En realidad, después de saber que le gusto, no creo que vuelva a ser capaz de estar con él a solas en ninguna parte, por lo menos hasta que pase algo de tiempo y consiga difuminar sus palabras.
 
A las cinco, todo el mundo se va a sus casas o a donde quiera que vayan después de terminar su jornada laboral excepto yo, que decido quedarme para terminar un balance de devoluciones y así mantener la mente ocupada. Aunque os parezca extraño ( dados mis sentimientos hacia el señor Dempsey ), no he podido dejar de pensar en él. Lo de esta mañana, me ha dejado más hecha polvo de lo que imaginaba. Ha despertado algo en mi que creía dormido desde hacía mucho tiempo. Y no me gusta.
Miro el reloj, son las seis pasadas. Acabo de recordar que tengo encargadas desde esta esta mañana las putas bambas del jefe en la tienda que él mismo muy amablemente me facilitó. Si me doy un poco de prisa, todavía podré llegar a tiempo para recogerlas y dejárselas mañana a primera hora encima de su mesa. Guardo el archivo del balance de devoluciones ya terminado y apago el ordenador. Recojo el resto de mis cosas y salgo.
 
Mientras espero a que el ascensor suba, me apoyo en la pared y cierro los ojos, estoy agotada. No es que me haya matado a trabajar, pero si podría decir que me he matado a pensar, y mentalmente, no doy más de si. Está claro que comerme el coco, consume mis energías al cien por cien. Suspiro hondo, y es en ese preciso momento cuando noto que alguien está a mi lado. No necesito abrir los ojos para saber de quien se trata. El escalofrío que recorre mi espalda, lo delata.
 
¿Trabajando horas extra, señorita Murray? —Me pregunta.
Me quedé para terminar el balance de devoluciones, no me gusta dejar las cosas a medias.
Sin ninguna duda, será usted la empleada del mes… —Dice con burla. Ni siquiera me molesto en contestarle. No merece la pena.
 
Entramos juntos en el ascensor, un cubículo demasiado pequeño para compartir con él. Me pongo nerviosa al recordar lo sucedido en su despacho esta mañana y se me humedecen las palmas de las manos. El señor Dempsey presiona el botón de bajada y se gira hacia mi presionando mi cuerpo contra el espejo. Deja su maletín en el suelo y apoya ambas manos en el cristal, una a cada lado de mi cara. Su mirada es tan intensa y abrasadora, que se me humedecen otras zonas de mi cuerpo a parte de las manos.
 
Te pido perdón por adelantado Olivia…
¿Por qué me pide perdón? —Pregunto mirando sus ojos de color azul cielo.
Porque voy a besarte… —Y así, sin darme tiempo a reaccionar, se apodera de mis labios y los hace suyos. Nuestras bocas se amoldan a la perfección y nuestras lenguas se exploran, ávidas de contacto. Es un beso tan carnal y posesivo que me vuelve loca y me hace restregarme contra él sin importarme las consecuencias, y cuando más entregada estoy, se abren las puertas del ascensor y él se separa de mi bruscamente, recoge su maletín del suelo y se larga sin mirar atrás, dejándome confundida, temblando y con ganas de más, mucho mas…

 
 

 



13 comentarios:

  1. Jodeeeer! Qué excitante, por dioooos! Por fin la besó, ya era hora! Y en el fondo de los subfondos a ella le encanta, que no lo niegue más por dios! ¡Me gusta hasta a mí ese Sr. Dempsey! A ver que pasa ahora......besitos Virginia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajaja El señor Demosey creo que nos gusta a todas Hada Rac!!
      Gracias por tu comentario!!
      Besin :)

      Eliminar
  2. Aixxx.. vale de acuerdo, ya empieza a caerme un poquito mejor el Sr. Dempsey.
    La verdad que con esta despedida la ha dejado con ganas de más a ella y nosotr@s que lo leemos, jajaja!
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Irene Las apariencias engañan, no es tan fiero el león como parece!! jajja
      Besin :)

      Eliminar
  3. Como me gusta a mi también el señor ogro. Jajaja queremos más... eres peor que el señor Dempsey, jijiji.
    Un besillo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que va María, en el fondo soy un cacho pan, igual que él!! jajajajja
      Besin :)

      Eliminar
  4. No sé si es un ogro, pero desde luego es un buen estratega!! jajajaja.

    Ay esta Olivia, con lo que nos gustaría a todas estar en su lugar y ella mandándole a paseo!!

    Genial, Virginia. Estoy ansiosa de saber más!!

    Besitos de miércoles, guapa!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nosotras igual nos lanzábamos mas eh Julia? jajjaja
      Besin :)

      Eliminar
  5. Vaya con Olivia, se hace la durilla, no quiere enamorarse pero creo que al final caerá.
    Un gusto leerte Virginia.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también creo que al final caerá Mila, gracias por pasarte y comentar!!
      Abrazo :)

      Eliminar
  6. Ains, cómo me encanta Daniel, de verdad. Yo soy Olivia tirada en el suelo tras el desmayo, lo veo tan cerca y no sé cómo reaccionaría, la verdad jajajaja (nótese la risita nerviosa). Pero lo que sin duda me ha encantado ha sido el final, y estoy segura de que ese beso le ha encantado a Olivia también jojojo. ¡Ya era hora!

    Jo, y pensar que tengo que irme al gimnasio hasta las nueve... a ver si me da tiempo a leer algo más (si me llevara el móvil, leería desde ahí mientras hago ejercicio jajaja).

    Jo, que interesante está. Tanto, que no he escrito nada en toda la tarde lol.

    ResponderEliminar
  7. Pues yo leyendo lej¡yendo tampoco he mirado mi ordenador y mis cosas. Estoy totalmente enganchada, tenia que salir a hacer un recado solo saldré para ir a trabajar de noche, que pena que en mi móvil no puedo leer los blogs. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues a mi me encanta leer tus comentarios, creo que de momento los voy contestando todos. Jajajaja
      Gracias Besin:))

      Eliminar