Entradas populares

lunes, 16 de noviembre de 2015

R.D.C ¡¡RELAX TOTAL!!

 
 
 
 
 
 
 
Hay que ver lo rápido que pasa el tiempo cuando se está bien. Hoy ya es viernes y, llevo en la isla cinco increíbles y maravillosos días. Después de tomar la decisión de seguir adelante con mi historia con el señor “soy un ogro”, me he relajado, como si por fin, me hubiera quitado un gran peso de encima que no me dejaba avanzar y, me mantenía en una angustia permanente. A pesar de las ganas que tengo de volver a Manhattan para poder tenerlo frente a mi y, aclarar las cosas, no quiero que se terminen mis vacaciones, aún me quedan otros cinco días por estos lares y no pienso desaprovecharlos. Por cierto, él no ha vuelto a ponerse en contacto conmigo, creo que al fin ha entendido que necesito mi espacio y mi tiempo para meditar. Si él supiera que ya lo tengo todo bien pensado…
 
Esta noche, el hotel da una cena con baile para inaugurar un nuevo salón que estaban reformando y, yo como huesped, estoy invitada. Menos mal que me he traído ropa apropiada para el evento, tengo en mi armario el vestido de satén negro que puse la primera vez que asistí a una reunión del club, creo que es perfecto para la ocasión. Ah, y no estaré sola en la fiesta, he conocido a un grupo de chicas que también están aquí de vacaciones, son de Asturias y, son muy majas y muy divertidas, junto a ellas, estoy explorando rincones de la isla que desconocía, y por supuesto acudiendo a todos los saraos que se organizan por aquí. Así que si, me estoy divirtiendo de lo lindo. Ahora mismo, las cuatro chicas, me está esperando en el vestíbulo del hotel para irnos a la playita a pasar la mañana.
 
Las cinco estamos tumbadas al sol, achicharrándonos porque hace un calor de mil demonios y, las cinco estamos absortas mirando al grupo de tíos que juegan al voley playa. Decir que están buenos, es quedarse corta, menudos cuerpazos, una se queda bizca admirando tanto músculo y, tanta cara bonita. Después de llevar un rato sin perdernos detalle de la partida de voley, ellos, parecen darse cuenta de nuestra existencia y se crecen. Ya sabéis como son los machoman cuando son conscientes de que una mujer no les quita el ojo de encima. Nos hace gracia verlos lucirse ante nosotras sin cortarse un pelo.
 
Más tarde, uno de ellos se acerca a nosotras, se presenta y, nos pregunta si nos apetece unirnos a ellos y tomar unas cervezas juntos. Da la casualidad que se hospedan en el mismo hotel que nosotras, así que ni cortas ni perezosas quedamos en el bar de la esquina para tomarnos algo y, conocernos mejor. Si nos vierais, parecemos quinceañeras en su primera cita. Al final va a resultar que lo que no viví en mi adolescencia, lo voy a vivir en unos pocos días, ¡qué fuerteeee!
 
Llegamos al bar donde hemos quedado. Recién duchaditas y, monísimas de la muerte, y eso que solo vamos a tomarnos unos algo antes de comer, nos acercamos a la barra donde el grupo nos espera. En cuestión de minutos, aquello es un jaleo de presentaciones y besos, menudo cacao mental tengo ahora mismo con tanto nombre, seguro que acabaré dirigiéndome a alguno con un ¡eh tú! Por no acordarme de como se llama.
 
Pasamos un rato muy divertido con estos guaperas y, cuando llega la hora de comer, en lugar de irnos cada uno por su lado, decidimos comer todos juntos en la terraza del hotel y así, pasar la tarde en la piscina. Resulta que son gallegos, y entre las chicas y ellos, no paran decirse un dicho que por lo visto en muy común entre las dos provincias… «gallegos y asturianos, primos hermanos», o algo así… Uno de ellos, me llama muchísimo la atención, es moreno, de ojos negros y, se llama Adán. El tío está requetebueno, y parece el más tímido del grupo porque se mantiene bastante al margen.
 
Un par de horas más tarde, estamos todos en la piscina montando un jaleo de la leche jugando en el agua. Si es que somos como niños, hundiéndonos unos a otros, y cronometrando a ver quien aguanta más la respiración dentro del agua. Yo, que soy como un pato mareao, pues podéis imaginaros la estampa, si trago más agua, dejo la piscina vacía. Cansados de jugar, toca relajarse un poco en las hamacas para reponer fuerzas, me siento agotada, estos tíos son incansables, no tengo experiencia con los niños, pero seguramente éstos, sean peores que ellos. Me pongo las gafas de sol, y me dedico a contemplar la hermosas facciones del tímido Adán, que en lugar de jugar con nosotros, se ha dedicado a leer todo el rato. Tengo la sensación de que a ese chico le pasa algo, la tristeza en su semblante es más que evidente y por un momento, me gustaría saber de que se trata para poder ayudarlo, me inspira mucha ternura.
 
La tarde va pasando, y antes de subir cada uno a su habitación a prepararse para la cena de esta noche, decidimos tomarnos unas cervezas allí mismo, tumbados en las hamacas. He conseguido saber lo que le pasa a Adán, su amigo Diego me ha lo ha contado por alto. Por lo visto, este viaje tenía que ser su luna de miel, pero su prometida, bueno mejor dicho, su exprometida le dejó plantado quince días antes de la boda porque no tenía muy claros sus sentimiento hacia él. ¡Pobrecito no? En un principio, él quiso anular el viaje, pero sus amigos le convencieron para que desistiera y, le propusieron acompañarle y así, hacer un viaje de colegas por los viejo tiempos y, no dejarle solo en estos momentos tan duros para él. ¿No os parece un detalle muy bonito? A mi si.
 
Al ver a una camarera venir hacia nosotros con una bandeja en la mano y una botella de champán, nos miramos extrañados. ¿Quién ha pedido éso? ¿Acaso estamos celebrando algo y no me he enterado? Ella viene hasta donde yo estoy y, dejando la bandeja sobre la mesa que tengo al lado, me dice…
 
 
Señorita, un caballero me ha pedido que le trajera esta botella de champán…
¿A mi? —Pregunto alucinada y sin dejarla terminar de hablar.
Si señorita, a usted —¿en serio? ¡No me lo puedo creer! Pensé que esto sólo pasaba en las películas…
¿Quién dice que lo ha enviado?
Oh, un caballero que estaba en la barra señorita, pero ya se ha ido —me dice al verme girar mi cabeza hacia el bar.
¿Y era guapo? —Pregunta una de las chicas.
Si, era muy atractivo —contesta ella poniendo los ojos en blanco y ruborizándose. Se despide de nosotros y se va.
 
Todos posan sus miradas interrogantes sobre mi. Qué quieren que les diga, no tengo ni la más remota idea de quién es ese hombre misterioso que ha decidido tener ese gesto conmigo. ¡Ojalá lo supiera, porque ha conseguido dejarme muy intrigada! Abrimos la botella y, después de beber unos sorbos de el delicioso champán, empiezan a burlarse de mi. Les río las bromas, pero este detalle de un desconocido, ha hecho saltar todas mis alarmas. ¿Quién será?
 
Ya en mi habitación, tras darme una ducha y ponerme elegante para el evento, no puedo dejar de pensar en lo que esta tarde a ocurrido en la piscina, ¿conoceré al hombre misterioso esta noche durante la cena? ¿En el baile quizás? La camarera dijo que era muy atractivo y, confieso que me pica muchísimo la curiosidad por saber quien es él. Algo nerviosa por todo este tema, salgo de mi cuarto y bajo en el ascensor hasta el vestíbulo. Enseguida veo al grupo reunido en unos sofás, como para no verlos, menudo equipo hemos conseguido formar, si no no echan del hotel, será por un milagro de Dios, de la virgen María y del Espíritu Santo. Voy a su encuentro y, en cuanto estoy junto a ellos, todos nos dirijimos al salón.
 
¡Joder que mierda! Nos ha tocado sentarnos en mesas distintas, menudo fastidio. Bueno, al menos tengo a Sheila sentada a mi lado, ella es una de las chicas y precisamente con la que más feeling tengo, así que de lo malo, tendré con quien echarme unas risas. La cena es exquisita, y al final, las personas con las que estamos sentadas a la mesa, resultan ser encantadoras. Mientras tomamos el postre, Sheila me comenta que Diego, le ha tirado los trastos, y entre risas me advierte que como ha venido a Ibiza a pasarlo bien, esta noche harán saltar las alarmas de incendio del hote, y la creo a pies juntillas. Por lo poco que la conozco sé que cumplirá su promesa, ¡menuda es ella!
 
Una vez terminada la cena, pasamos a la discoteca del hotel, donde todo está listo para que comience la verdadera fiesta. Cogemos un buen sitio cerca de la pista, porque con tanta gente, así lo tendremos más fácil cada vez que queramos salir a bailar, cosa que hacemos en cuanto oímos la canción “Dangerous” de David Guetta. Pasamos un buen rato en la pista, bailando, cantando, riendo vamos, lo que se dice haciendo bastante el tonto, porque sinceramente, es lo único que se nos da realmente bien. Cuando volvemos a nuestro sitio, veo por el rabillo del ojo que Diego tiene a Sheila empotrada contra una pared y, está comiéndole la boca. La hostia que rapidez, pero si prácticamente acabamos de llegar… Bueno, que leches, hacen bien, si los dos tienen claro lo que quieren, ¿para qué perder el tiempo?
 
El ambiente está animado, muy animado. Me cuesta un triunfo acercarme hasta la barra a pedir una copa, y cuando por fin lo consigo, tardan unos veinte minutos en servírmela, ¡joder, casi se me han quitado las ganas de tomarla! Copa en mano, regreso con el grupo y me siento en uno de los cómodos sofás de color negro, junto a Adán, que por primera vez desde que le conozco, parece estar disfrutando de la fiesta. Mantener una conversación en un lugar como este, resulta casi imposible, la música está demasiado y alta y, no me mola nada tener que hablar a gritos, así que simplemente me quedo callada saboreando mi bombay shappire con naranja. Si, hoy estoy rompiendo una de mis reglas al tomarme la copa que sólo suelo beber en “Lust”.
 
El estilo de la música cambia de repente, la que está sonando ahora es más relajada, más de bailar en pareja, no las típicas lentas de los enamorados ¡noooo por dios! Más bien tipo salsa, bachata… no el chumba chumba que estaba sonando antes. Carlos, uno de los chicos, se acerca y me invita a bailar, cogiendo su mano, me pongo en pie y me lleva al centro de la pista. El tío se mueve bien, se nota que le gusta esta clase de música, pero la verdad que a mi, como que no me da más porque ya sabéis que bailar no es lo mío. Por fin la canción termina y, cuando creo que soy libre para volver con los demás, alguien coloca una mano en el hombro de Carlos y dice…
 
¿Te importa que baile con ella colega?…

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 



6 comentarios:

  1. Virginia que nos va a dar un ataqueeeeee jajajajaja. Quién quiere bailar con ella, el mismo que la invitó a champán?? Seguro que sí, me muero por saber más!! :D

    Un besito de una fan totalmente enganchada jajajaja.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Julia, en el próximo capítulo ya sales de dudas!!! jijiij
      Gracias Besin :)

      Eliminar
  2. Ayyyyyy que me veo al señor Dempsey con la mano en el hombro de Carlos... Jajajaja. Qué emocionante. Deseando leer la siguiente parte.
    Un besillo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajjaja Que buena vista tienes María, ver veremos...
      Gracias Besin :)

      Eliminar
  3. Pues quien va a ser el amigo Daniel casi seguro. Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja está vez creo que vas por buen camino María del Carmen!!
      Gracias Besin :)

      Eliminar